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¿Intentando perder peso?

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viernes, 26 de agosto de 2011

Autotransfusiones sanguíneas


Se han comenzado a desarrollar en varios servicios de medicina transfusional de algunos países diversas técnicas para disminuir al mínimo el uso de sangre que no sea la propia y que son conocidas con el nombre genérico de autotransfusión. Estas son, básicamente, las siguientes:

1 - Recuperación, durante la cirugía, de la sangre que se pierde. Consiste en aspirar la sangre que el paciente pierde en el transcurso de la operación y enviarla a un recipiente especial, en el que es filtrada. Una vez realizado este procedimiento, la sangre pasa por una máquina donde se lavan los glóbulos rojos recuperados y luego se almacena en una bolsa para ser transfundida al paciente.

2 -Hemodilución norvolémica intraoperatoria. En este caso se le extrae sangre al paciente, durante el comienzo de la anestesia, y se le repone suero. El procedimiento tiene sus riesgos y requiere un estricto control.

3 -Depósito previo. El método se basa en extraer sangre antes de la intervención quirúrgica y guardarla para ser transfundida durante o después de la misma si el paciente la necesita. El inconveniente que tiene es que no puede aplicarse en operaciones urgentes y que la sangre debe ser descartada a los 28 o 30 días de ser extraída si no es utilizada.


miércoles, 24 de agosto de 2011

Transfusiones sanguíneas


Para disminuir al mínimo la utilización de sangre ajena, y con ello los riesgos de contagio de alguna enfermedad, la medicina ha desarrollado técnicas de autotransfusión. La más aceptada es la criopreservación, que le permite al paciente contar con una reserva propia de glóbulos rojos.

Las transfusiones sanguíneas evitaron innumerables muertes desde su implementación como técnica terapéutica, no obstante lo cual algunas de sus complicaciones la transforman en una práctica riesgosa. La transmisión de enfermedades, pese a los mejores recaudos serológicos, es un hecho inexorable y son cada día más las patologías que pueden contagiarse de la sangre homologa o alogeneica -es decir ajena- muchas de ellas mortales. También son relativamente comunes la incompatibilidad, las reacciones transfusionales no inmunes y la sensibilización.

Además de estos problemas, la transfusión de sangre que no es la propia en algunas oportunidades puede ejercer efectos inmunosupresores -al descender las defensas del organismo- o incrementar infecciones posoperatorias.


viernes, 19 de agosto de 2011

ACTINOMICETOS O ACTINOMICETALES


Los actinomicetos son una clase de microbios difícil de definir, intermedia entre bacterias y hongos. Poseen micelio como los hongos o bien son bacterias muy largas. No tienen núcleo aparente y pueden formar esporas similares a las de los hongos. El micelio es generalmente ramificado y puede dar origen a esporas en sus extremos.

Muchos actinomicetales tienen un marcado olor a tierra. Estos microbios colaboran, probablemente, con los hongos en la producción del olor peculiar de los sótanos. Se ha atribuido a los actinomicetales el ser la causa principal del olor del suelo. Parecería que durante una temporada de clima seco estos microbios tenderían a producirse y por ello el olor de la tierra, que no siempre es perceptible, es marcado luego de una lluvia en un día cálido.

Los actinomicetes del suelo forman pequeñas colonias de varios colores.

miércoles, 17 de agosto de 2011

LA FIEBRE como mecanismo de defensa



Finalmente, para concluir este resumen no completo sobre las defensas de nuestro organismo (haría falta un volumen para ello), diremos que incluso la fiebre resulta un mecanismo defensivo común y sin embargo poco conocido. Es el efecto de un proceso muy complejo.

Obedece a diversas causas y sirve a su vez, entre otras cosas, como medio orgánico de defensa. Por de pronto, según opiniones autorizadas, la fiebre contribuye a la destrucción de los gérmenes patógenos.

domingo, 14 de agosto de 2011

DEFENSAS "ANATÓMICAS" del cuerpo humano


Debido a la singular importancia de algunos determinados órganos, como los ojos, los pulmones, el cerebro, el corazón y otros, la naturaleza ha creado a su alrededor un sistema formidable de defensas. Observemos por ejemplo los ojos. Se hallan encastrados y protegidos en la cavidad orbitaria, excavada en el hueso; por delante, existen dos pliegues de piel, los párpados, que sirven de verdadera cortina móvil; las pestañas y las cejas tienen también una función protectora, sea para impedir el ingreso de cuerpos extraños, sea para mitigar el exceso de luz.

En cuanto al cerebro, es un órgano delicadísimo que está resguardado en la robustísima caja craneana así como la medula espinal en el interior de la columna vertebral. Y en lo que se refiere al corazón y los pulmones, órganos esenciales para la vida, se hallan perfectamente parapetados en el interior de la caja torácica.

Como puede observarse, la ubicación de nuestros distintos órganos y aparatos no atiende sólo a la mejor disposición, de acuerdo con las funciones que específicamente tienen asignadas en nuestra fisiología, sino que todos ellos, además, están situados de manera que se encuentren totalmente resguardados contra cualquier lesión eventual procedente del exterior, y en plena disposición de defensa contra un ataque físico.




viernes, 12 de agosto de 2011

DEFENSAS CONTRA LOS VENENOS DE LA SANGRE


Cuando una avispa nos pica, la zona se enrojece, hay dolor y ardor y, después de unos minutos, el lugar de la picadura se hincha. Pero no hay que asustarse, ya que ello es un buen signo de que el organismo ha organizado su defensa. La avispa, al picar, inyecta en los tejidos un veneno; en este caso, las arterias permiten la salida de líquido acuoso, que quita el veneno a la sangre y lo diluye.

Los tejidos, así embebidos, se hinchan de un modo poco elegante, pero el veneno se torna casi por completo inactivo. El organismo se defiende, de este modo, contra cualquier sustancia tóxica introducida en los tejidos por los agentes externos que lo atacan.

miércoles, 10 de agosto de 2011

Defensas externas contra las bacterias


Como dijimos, las bacterias dentro del organismo, se traban con los leucocitos. Pero también en su parte exterior, el cuerpo humano logra defenderse eficazmente. Millones de microbios, cada día, se posan sobre la superficie de los ojos o penetran en las fosas nasales.

Pues bien, las lágrimas que los párpados extienden continuamente sobre la parte anterior de los ojos contienen una sustancia (la lisozima) que es bactericida, esto es, destructora de microbios. Incluso el mu-cus que recubre las fosas nasales es capaz de matar los gérmenes que se posan sobre él. En suma, el aire que es inspirado a través de las nariz se esteriliza, prácticamente, al pasar por ella.

lunes, 8 de agosto de 2011

Defensas del cuerpo contra sustancias peligrosas


Puede suceder a cualquiera, especialmente a los niños, el ingerir por error sustancias peligrosas para el organismo; es también una cosa común que un trozo de alimento "se vaya por mal lugar"; es decir que se introduzca en la tráquea en lugar de hacerlo en el esófago. Tampoco aquí faltan, por cierto, las defensas. En muchos casos se cierra el cardias, o sea, la abertura que comunica el esófago con el estómago; y en otros, el estómago, contrayéndose bruscamente, expele las sustancias peligrosas por medio del vómito.

Cuando cuerpos extraños penetran en las vías respiratorias, el organismo reacciona con violencia y decisión; la laringe, irritada, se contrae espasmódicamente y provoca la tos, penosa pero útil, lo que permite muchas veces la eliminación de la partícula nociva.

Si siempre nos resulta molesto toser y lagrimear, debemos pensar que bien vale la pena ese pequeño fastidio ya que ello contribuye a desplazar los cuerpos dañinos. El polvo, dada su pequenez, puede penetrar en los bronquios sin que se note una reacción ; sin embargo, aun en este caso el organismo se defiende. La tráquea y los gruesos bronquios están, en su parte interna, tapizados por una capa de finísimas cilias que, moviéndose ininterrumpidamente de abajo hacia arriba, expelen buena parte de las partículas de polvo. Como vemos, todo está previsto.

miércoles, 3 de agosto de 2011

Defensas del cuerpo humano contra el frío y el calor


Nuestro organismo lucha contra el frío, aunque no nos demos cuenta, por medio de tres mecanismos. Primero, disminuyendo la circulación de la sangre en la periferia, por acción de los nervios vasoconstrictores (los que estrechan los vasos sanguíneos). La piel palidece, se enfría y así disminuye la pérdida de calor. Pero si el frío aumenta, los vasoconstrictores se paralizan, la sangre afluye en cantidad a los vasos de la superficie y la piel se enrojece, lo vemos en la cara, la piel y las manos. Esto es un mecanismo de defensa contra un excesivo enfriamiento.

En segundo lugar, combatimos el frío aumentando la producción de calor interno, lo cual ocurre por la mayor cantidad de grasa que se quema y por el mayor apetito que suele despertarse en el invierno. Por último, también nos defendemos contra el frío mediante contracciones musculares involuntarias (como el temblor), que repitiéndose con frecuencia generan calor.

También contra el calor excesivo el organismo tiene tres sistemas de defensa: primero, por la dilatación de los vasos sanguíneos de la superficie, con más circulación de la sangre y enrojecimiento de la piel, lo que provoca una dispersión del calor; segundo, por una abundante transpiración a través de la piel, puesto que el sudor, al evaporarse, sustrae calor; y tercero, el aumento del recambio de aire en los pulmones, lo que produce una mayor pérdida de agua en forma de vapor, y una mayor ventilación pulmonar.

lunes, 1 de agosto de 2011

La piel como defensa del cuerpo humano


Nuestro cuerpo se halla totalmente envuelto por una verdadera coraza, que aunque es sutil, elástica y flexible, cumple muy bien su papel principal: proteger el cuerpo de los factores externos de cualquier género, como lesiones, frío, calor, etc., y formar una barrera infranqueable contra los gérmenes patógenos y sus toxinas.

La piel es, en realidad, un sistema defensivo externo, que aisla al organismo del medio ambiente que lo rodea. Es más dura y sólida en los puntos más expuestos a cualquier ofensa; las extremidades de los dedos, por ejemplo, sometidas a frecuentes choques, están protegidas por las uñas, formaciones duras producidas por la piel.

sábado, 30 de julio de 2011

Defensas del organismo para cada caso


Este formidable sistema de destrucción del enemigo es uno de los muchos recursos defensivos de que dispone el organismo. Éste es como una máquina perfecta, compleja; está expuesto a sufrimientos, esfuerzos, fatiga, enfermedades, heridas, incidentes pequeños o grandes; debe soportar el frío o el calor, el polvo y el humo del aire, la sequedad, la humedad, etc.

A pesar de todo esto, sigue cumpliendo sus delicadísimas funciones, cosa que puede hacer porque está dotado de poderosas defensas, con las cuales se opone a cada amenaza. Conoceremos en esta nota los principales sistemas de defensa del organismo humano.

jueves, 28 de julio de 2011

Defensas del organismo


Uno se pincha un dedo, pongamos por ejemplo, con un clavo. Es una herida muy pequeña, poco más que un arañazo,, pero suficiente para que algunos microbios patógenos (productores de enfermedades) puedan penetrar en nuestro organismo. La amenaza es tremenda, porque las bacterias, multiplicándose con pasmosa velocidad, pueden, en pocas horas, invadir todo el organismo y llevarlo, en algunas desgraciadas ocasiones, a la muerte (como acontece por ejemplo con el bacilo del tétanos).

Pero en el interior del cuerpo suena la alarma y un admirable mecanismo de defensa entra en acción instantáneamente. Atraídos por la acción tóxica del microbio, millones y millones de glóbulos blancos (leucocitos ) acuden hacia la brecha por donde ha penetrado el enemigo. Insinuándose entre las células de los tejidos, inician la lucha contra las bacterias, englobándolas y destruyéndolas, mediante una verdadera digestión de las mismas.

Si la contraofensiva se inicia a tiempo y los gérmenes no son muy numerosos, ni demasiado virulentos, los leucocitos llegan a destruir totalmente al enemigo. En cambio, si los gérmenes resisten y llegan a multiplicarse activamente, destruyen a las células de los tejidos. En este caso, los glóbulos blancos deben destruir también las células muertas, que podrían resultar peligrosas.

En esta tremenda lucha, en la que se juega la salud o un grave daño para el organismo, muchos leucocitos mueren y se transforman en pus, pero nuevos contingentes acuden prestamente para luchar por todos los medios contra la invasión. En la mayoría de los casos, aquéllos logran bloquearla, vale decir la localizan en un punto (forúnculo), impidiendo su propagación a la sangre (septicemia).

lunes, 25 de julio de 2011

BACTERIAS


Un coco (también llamado micrococo) tiene aproximadamente un micrón de diámetro y su forma se aproxima a la esfera. Este es el tipo más pequeño de bacteria descubierto por el hombre. Muchas bacterias tienen forma de bastón de un micrón, más o menos, de diámetro y de dos a diez micrones de largo. Algunas especies de bastón pueden producir esporas con el fin de resistir condiciones adversas, pero nunca forman más de una espora por célula.

Otras variedades desarrollan flagelos mediante los cuales pueden nadar y desplazarse. Sin estos flagelos las bacterias sólo pueden moverse arrastradas por corrientes. Existe una bacteria que no tiene una única forma especial. Se trata de la del tipo que fija cantidades apreciables de nitrógeno atmosférico en los nodulos de las plantas leguminosas. Esta bacteria cambia su estructura permanentemente, ya tiene forma de coco, ya de bastón con flagelo, ya sin él.

En las bacterias, cocos y bastones pueden formar cadenas, a veces sin ningún tipo de unión aparente entre las células individuales; otras con una frágil ligazón de goma o mucílago y a veces, también, con una vaina exterior definida. Ciertos tipos de bacterias largas de forma de bastón, se dividen formando una especie de pared a través de la célula, exactamente a mitad de camino entre los dos extremos. Después de realizada la división en dos cada una de las bacterias crecen hasta tomar un tamaño similar al primitivo. Pueden entonces dividirse nuevamente y así sucede indefinidamente con ellas y su progenie.

Algunas, en especial las denominadas sarcinas que tienen forma casi esférica, se dividen aparentemente en cuatro partes iguales o, al menos, en dos partes seguidas por otras dos en otro lado. El resultado de esta división se asemeja a un paquete rectangular o cúbico de esferas un poco aplastadas.

sábado, 23 de julio de 2011

PROTOZOARIOS


Protozoario significa literalmente "animal primitivo". Se designa con esa denominación a ios animales unicelulares. Este organismo puede instalarse confortablemente en un simple glóbulo rojo de la sangre humana, de los cuales hay cinco mil millones por cada centímetro cúbico en la sangre normal.

Los protozoarios comunes de la tierra o el agua estancada tienen un diámetro o longitud que varía entre cinco a cincuenta micrones (cada micrón equivale a un milésimo de milímetro). Algunos son notablemente mayores como el Stentor verde de los pantanos o la Noctiluca (que es la causa de la fosforescencia del agua de mar) que son visibles individualmente a simple vista.

Varían grandemente de forma. Muchos de los protozoarios del suelo tienen estructuras complicadas y otros, como los causantes de enfermedades tropicales, sufren complejos procesos vitales, con cambios de estructura y forma. Un tipo de protozoario es la ameba, que no tiene forma propia. Usualmen-te se la describe como una partícula de jalea viviente que avanza arrastrándose de manera peculiarmente amorfa: extendiendo una parte cualquiera de su cuerpo para rodear y absorber las partículas que le sirven de alimento.

Presumiblemente la ameba sea esférica en estado de reposo o flotando en un líquido, pero esto no es posible afirmarlo con certeza pues generalmente se la observa al microscopio, colocada sobre un portaobjeto y entonces aparece aplanada.

Existen otros dos grupos de protozoarios libres que se diferencian de la ameba y entre sí por su forma de movimiento. Son los ciliados y los flagelados. Los primeros poseen un gran número de "pelos" muy cortos (cilios) que se mueven muy rápidamente. Los flagelados tienen un número menor de apéndices más largos con la misma finalidad: su desplazamiento. La mayoría de los protozoos están capacitados para formar quistes, que son formas resistentes análogas a las esporas bacterianas.

Muchos de los protozoarios mayores aparecen verdes porque no son animales simples como se creería a la primera impresión. Cada uno de tales protozoarios individuales incluye un número de individuos de una especie de algas (plantas microscópicas). Estas algas asociadas son capaces de llevar una existencia independiente. Los protozoarios que las albergan, en cambio, no pueden vivir con continuidad sin las algas, que probablemente los proveen de azúcares. Algunos científicos han afirmado que esta variedad de protozoarios son plantas de día y animales de noche. De cualquier manera esto no puede aun afirmarse con total seguridad por cuanto los protozoos no forman comúnmente colonias y no adquieren formas simples que posibiliten el estudio de su comportamiento sin ayuda del microscopio.

jueves, 21 de julio de 2011

Levaduras, mohos, hongos - 3 parte


Aun cuando el micelio es capaz de reproducirse los hongos producen esporas para llenar dos fines: la dispersión de la planta o bien para resistir condiciones externas desfavorables. La espora que produce la dispersión de la planta se forma con un propósito muy semejante al de la semilla ¡enjibre. La espora de resistencia o de reposo, en cambio, no tiene analogía exacta en la botánica ordinaria. Se produce usualmente cuando la forma vegetativa del hongo es amenazada por la sequía o algún otro factor externo que pueda reducir el alimento disponible.

No todos los hongos producen los dos tipos de esporas. El hongo común de sombrero, por ejemplo, sólo posee la destinada a la dispersión. El color castaño rosáceo de la parte inferior del sombrero de los hongos comestibles comunes se debe a los millones de esporas allí formadas.

Tanto las esporas de dispersión como las de resistencia aparecen reunidas en masa, en receptáculos de distinta forma llamados esporangios. Tales masas, envueltas por una cubierta pueden verse y aun desprenderse del material al que están adheridas, con los dedos.

Existe un hongo, cuya denominación científica es Sphaerobolus, cuyas esporas de dispersión son lanzadas a varios metros de distancia por su receptáculo, que oficia de cañón. Esta verdadera curiosidad de la Naturaleza ha motivado la realización del llamado Gran Concurso Internacional de Artillería entre Hongos, que tiene lugar desde hace varios años. La bala (espora) es una esfera perfecta de un diámetro de un milímetro y cuarto y el cañón (receptáculo o esporangio) mide cinco milímetros de diámetro y otro tanto de altura. En esta original competencia internacional anual el récord de altura de lanzamiento de la bala ha alcanzado a 4.35 metros, en EE. UU. El alcance horizontal máximo fue de 5.60 metros, en Canadá.

El número de hongos que pueden hallarse en suelo que no haya sido abonado recientemente con materia descomponible es de alrededor de un millón por gramo de tierra. O sea, un millón de esporas o pequeños trozos de micelios capaces de desarrollarse a su vez. Un solo trozo de micelio si se lo tritura con tierra o se lo desintegra, puede originar más de un organismo.

lunes, 18 de julio de 2011

Levaduras, mohos, hongos - 2 parte


Las levaduras y también algunas variedades de hongo no poseen micelios verdaderos sino similares que son considerados variantes "degeneradas" en la escala evolutiva y provenientes de otras formas que sí los poseían.

El micelio es simplemente un filamento que constituye el aparato de nutrición de los hongos. Los de sombrero son sólo los cuerpos fructíferos o receptáculos de esporas de otros hongos cuyos micelios se ramifican dentro del terreno o del tronco donde crecieron.

El micelio crece. Una parte, la más antigua, puede hallarse en estado de descomposición, mientras que la otra parte está creciendo. Por ello es difícil determinar dónde empieza o termina el hongo.

El micelio es una hilera de células; miles de células que componen el filamento que puede llegar a medir varios metros de largo pero su diámetro es siempre el de una sola célula.

Las levaduras son monocelulares. La mayoría de los otros hongos son multicelulares en alguna etapa de su vida. Los hongos multicelulares pueden desarrollar una forma monocelular llamada espora. Las bacterias, por su parte, son todas monocelulares y algunas forman asimismo estructuras de una sola célula igualmente llamadas esporas.

Sin embargo, las esporas de los hongos y las de las bacterias son bastante diferentes. La espora de un hongo es una forma especial de micelio que contiene un solo núcleo. Es una estructura microscópica semejante al germen de la semilla, pues contiene en sí misma la potencialidad de reproducir una planta semejante a la que le dio origen. Las esporas pueden formarse asexualmente o después de un proceso sexual.

sábado, 16 de julio de 2011

Levaduras, mohos, hongos - 1 parte


No existe una definición satisfactoria para los hongos. Formarían otra clase de plantas sin clorofila, de las que parasitan en otras plantas verdes. Pero los hongos pueden considerarse como plantas bajas en la escala evolutiva, desprovistas de la sustancia que les permite hacer uso directo de la luz solar porque pueden vivir en ausencia de ella. Algunos hongos son parásitos, pero la mayoría no lo son. Los parásitos obtienen los elementos de su nutrición del huésped, aunque pasan por una etapa no parasitaria en su vida. El huésped puede ser animal o vegetal. No se ha descubierto ninguna especie de hongo capaz de parasitar simultáneamente a un animal y a un vegetal.

Los hongos no parásitos tienen necesariamente que encontrar su azúcar ya formada. Sus fuentes de azúcar natural más comunes son los restos de plantas recientemente muertas. Es aquí donde surge la enorme importancia de la actividad de los hongos al promover las primeras etapas de la desintegración y descomposición de los residuos vegetales.

El hábito microbiano de alimentarse no parasitariamente sobre la materia muerta se denomina saprofitismo. Gran número de hongos parásitos son productores de enfermedades mientras que muchos de los hongos útiles a la Humanidad son saprofitos. Sin embargo, algunos de éstos últimos no son muy bien recibidos por nosotros, justamente por desconocer su útil función.

El moho azulado que a menudo aparece sobre una naranja o el aparentemente más verdoso que crece sobre la cascara de los limones hace que esas frutas pierdan valor de comercialización. El consumidor lo considera algo muy semejante a una enfermedad.

Ahora bien, dondequiera que aparezca tal crecimiento de hongos sobre una fruta puede suponerse que ésta ha sido dañada previamente allí. Ese daño puede ser simplemente un pequeño golpe en el lugar posteriormente colonizado por el moho, pero el golpe ha destruido la integridad y vitalidad de la naranja o del limón solamente en ese punto. Y es allí y nada más donde una u otra especie de Penicillium (mohos azules o verdes) ha encontrado condiciones favorables y ha fundado su población.

El grupo Penicillium de mohos es favorecido por las condiciones presentes en los citrus dañados. Cuando surgen no hacen más que atestiguar la urgencia de restaurar el material vegetal localmente dañado, desvitalizado o tal vez muerto, y empiezan a trabajar para volverlo a la circulación como alimento para las plantas superiores.

La propagación y reproducción de los hongos sobreviene en forma fundamental a través del micelio, que es el tallo constituido por delgadísimos filamentos que pueden observarse sin dificultad propagándose en masas bajo la tierra donde crece un hongo de los llamados de sombrero.

jueves, 14 de julio de 2011

Poblaciones de microbios


Si las bacterias y levaduras se desarrollan en o encima de un medio sólido no migran, habitualmente, lejos de su lugar de origen. Permanecen congregadas, formando una masa con sus descendientes. Es decir, fundan sus propias poblaciones. Tales agrupaciones se denominan colonias y son, en algunos casos, visibles a simple vista. Por supuesto, para que esa visibilidad normal se produzca la colonia debe ser muy numerosa. Tanto como la superpoblación humana existente en Ciudad de México, en Tokio o en San Pablo.

En general, una población microbiana, cuya fundación fue estimulada por una cadena de condiciones especialmente favorables, es invisible a nuestros ojos sin ayuda de un microscopio. Tenemos, entonces, que los microbios no solamente pueden tener una existencia en soledad y vivir independientemente sino que también son capaces de convivir en sociedad.

Forman sus poblaciones con millones de habitantes, con mucho mayor facilidad que los seres humanos constituimos las ciudades. Se trata de seres pequeños cuyas dimensiones varían desde los que pueden ser observados a simple vista hasta aquellos que tienen un diámetro de 1/8.000 de milímetro. Están vivos y en sus colonias habitacionales también se producen cambios, nuevas distribuciones del poder, nuevos dominios.

Hay también en ellas la lucha por la supervivencia, por obtener el alimento y el debatirse con medios adversos. Es sorprendente la solidaridad existente entre los individuos que integran las colonias microbianas en esa lucha. Pero quizá la cuestión más destacable es que el hombre aprovecha y en en muchos casos "cultiva" esas colonias para obtener inapreciables beneficios. Hacemos trabajar a los microbios para nosotros y ellos lo hacen generosamente porque ésa es su función natural.

lunes, 11 de julio de 2011

LOS MICROBIOS SON POTENCIALMENTE INMORTALES


Si consideramos solamente tres reinos —animal, vegetal y mineral—, los microbios pueden pertenecer, según su especie, a uno u otro de los reinos animal o vegetal, o quizá a ambos o a ninguno. Siendo seres vivos no pueden clasificarse en el tercero de los reinos mencionados.

Algunos hombres de ciencia han sugerido la posibilidad de formación de un cuarto reino, intermedio entre las plantas y los animales. Se propone el nombre de "protistas" para los que lo integran. Hay también razones para la constitución de un quinto reino, que incluya a los virus. Estos cuerpos son tan pequeños que se les llama ultramicrobios, pero nadie sabe a ciencia cierta si tienen o no vida. Tampoco son minerales.

Los microorganismos no mueren. Cuando lo hacen es por causas exteriores, completamente ajenas a ellos, como la elevación excesiva de la temperatura y la acción de ciertas sustancias químicas muy activas.

Él bacteriólogo inglés Hugh Nicol señalaba que la inmortalidad de estos diminutos seres es semejante "a lo que sería la nuestra, si nunca muriéramos por enfermedad o vejez, sino por efecto de una catástrofe, tal como una gran sequía, inundación o erupción volcánica".

La célula microbiana no sólo es capaz de llevar una existencia independiente, sino que puede reproducirse sola. Los microbios se reproducen por división: uno se transforma en dos.

La reproducción sexual es la única existente en los organismos superiores, si exceptuamos la propagación de plantas por retoños y otras formas similares. En los microorganismos, que no sean bacterias por cuanto éstas siempre se dividen espontáneamente, un proceso reproductivo sexual puede alternar con otro asexual.

No ha podido saberse cabalmente qué induce a una célula microbiana a reproducirse por división. Se ha demostrado que un ambiente propicio favorece tai división. La temperatura, por ejemplo, ejerce una función sumamente importante y, dentro de ciertos límites, un incremento de la temperatura induce a una división más frecuente de las células microbianas.

En el caso de una bacteria de cierta especie coliforme, una temperatura de veinte grados centígrados produce una división cada sesenta minutos. Una temperatura de cuarenta grados hace que esa división ocurra cada diecisiete minutos.

El alimento es, también, muy importante para esta reproducción de los microorganismos. Debe ser no solamente abundante sino utilizable. Es imperiosa la existencia de agua que posibilita la vida y la hace fácil.

Hay otros factores como el grado de acidez del contorno. Si hay calor, alimento, humedad y los otros factores necesarios puede afirmarse que los microbios se seguirán multiplicando hasta acabar con el alimento. Luego morirán de hambre o bien adoptarán alguna de las formas de resistencia que ciertas clases suelen tomar en condiciones desfavorables. Hallándose en medios adversos para sus formas vegetativas, muchas bacterias y algunos hongos microscópicos forman esporas y algunos protozoarios producen quistes.

sábado, 9 de julio de 2011

TRASTORNOS NERVIOSOS Y MENSTRUACION


Actualmente se conoce la razón por la que las mujeres están más predispuestas a sufrir trastornos nerviosos y depresión poco antes y durante el período menstrual: el mantenimiento del equilibrio emocional en las mujeres parece depender de la presencia de una determinada cantidad de hormona sexual femenina en la sangre y en los tejidos.

Pero durante unos pocos días antes de la menstruación, cuando el cuerpo amarillo ha comenzado su involución y ha cesado de segregar progesterona y cuando el folículo del ciclo siguiente no ha comenzado a segregar aún estradiol, existe una moderada deficiencia de hormona sexual en la sangre. A menudo ocurren cambios similares durante la menopausia, período que comienza aproximadamente a los 45 años y dura alrededor de dos años hasta que el flujo menstrual cesa definitivamente y el nivel de las hormonas sexuales en la sangre disminuye.

Aproximadamente una semana antes de la menstruación, la sangre contiene el máximo de hormonas sexuales femeninas y muchas mujeres se sienten mejor y trabajan con mayor eficiencia durante este período que en cualquier otra época.

miércoles, 6 de julio de 2011

¿QUE SON LOS MICROBIOS?


Existe la creencia bastante generalizada de que los microbios son perjudiciales para el ser humano. El calificativo popular de "microbio", de índole despectiva e insultante que se aplica a personas consideradas malvadas, habla de la extensión que aquella concepción tiene entre nosotros.

Lo cierto es que la mayoría de los microorganismos conocidos son completamente inofensivos para los seres humanos e incluso hay algunos que facilitan funciones fisiológicas vitales como la digestión de los alimentos. Las bacterias destruyen plantas y animales muertos y los convierten en humus ó materia orgánica, que aumenta la fertilidad de la tierra. Otras, transforman el nitrógeno del aire en sustancias asimilables por las plantas. El alcance benefactor de estos seres subvisibles puede llegar a grados insospechados. Mediante la labor silenciosa de los microorganismos puede llegarse a la superación de uno de los grandes dramas de la Humanidad: la provisión de alimentos a un mundo que crece segundo a segundo.

Sin duda, el mundo microbiano, todas sus posibilidades, despiertan en el niño el espíritu investigativo y crítico necesario para su formación. El conocimiento de este micromundo es una contribución más a su futuro de creador. de hombre en condiciones plenas de criticar, verificar y no aceptar fácilmente todo lo que se le proponga. Francis Galton decía:

"No se debe confiar en impresiones generales. Desgraciadamente, cuando vienen de antiguo se vuelven reglas fijas de vida, y asumen el derecho prescriptivo de no ser puestas en duda. En consecuencia, quienes no están acostumbrados a la investigación original sienten odio y horror hacia la estadística. No pueden soportar la idea de someter sus sagradas impresiones a la verificación a sangre fría. Pero es el triunfo de los hombres de ciencia el elevarse sobre tales supersticiones y desear pruebas que puedan certificar el valor de sus creencias, y poseer suficiente dominio de sí mismos para dejar a un lado con desprecio todo lo que resulte falso".

lunes, 4 de julio de 2011

La menstruación


El ciclo se caracteriza por períodos de hemorragia, conocido con el nombre de menstruación, que se producen aproximadamente cada 28 días y duran unos cuatro días. El flujo menstrual está constituido por trozos de mucosa uterina desgarrada y sangre de sus vasos. Como la mucosa uterina se destruye casi por completo durante la menstruación, después de la pérdida menstrual alcanza un espesor mínimo.

En este período, bajo la influencia de la hormona foliculoestimulante o FSH, segregada por la hipófisis, uno o más folículos del ovario comienzan a agrandarse en forma rápida y las células foliculares segregan es-tradiol. Esta hormona determina el crecimiento de la mucosa interina y al final de la primera semana, su espesor llega a la mitad del que alcanzara en ausencia de embarazo.

Estimulada por la mezcla conveniente de FSH y LH de la hipófisis, la ovulación se produce alrededor de catorce días después del comienzo del período menstrual precedente. El óvulo maduro se libera del ovario por la rotura del folículo. Las células foliculares se transforman, entonces, en el cuerpo amarillo que, bajo el estímulo de la LH de la pituitaria, segrega la segunda hormona comprendida en el ciclo menstrual: la progesterona. Esta hormona completa el desarrollo de la mucosa uterina preparándola para recibir un óvulo fecundado. Además, se encarga de poner en marcha el crecimiento de las glándulas mamarias e impide el desarrollo de folículos y óvulos adicionales.

Como ya dijéramos, si el óvulo no ha sido fecundado, el cuerpo amarillo comienza a involucionar terminando así la secreción de progesterona. Como el mantenimiento de la mucosa uterina depende de esta hormona, dicha regresión marca el principio de su rotura y el inicio del ciclo menstrual. En el ovario comienza a madurar otro folículo y se inicia así el ciclo menstrual siguiente.

Si se produce el embarazo, el cuerpo amarillo se mantiene y segrega progesterona casi hasta el momento del parto. La secreción permanente de esta hormona es necesaria para que éste pueda proseguir y si se extirpa el cuerpo amarillo, el embarazo termina inmediatamente en un aborto. La hormona del cuerpo amarillo estimula también el crecimiento de las glándulas mamarias y las prepara para la acción de la hormona lactogénica de la hipófisis, que es segregada poco después del parto y provoca la secreción de leche.

Después de que el óvulo ha sido liberado del ovario, puede ser fecundado mientras recorre
el oviducto sólo durante un breve lapso, probablemente de alrededor de 24 horas. Cuando se depositan los espermatozoides en el sistema reproductor femenino durante la unión sexual, sólo retienen su capacidad de fertilizar al óvulo por espacio de 48 horas, como máximo. El período de mayor fertilidad en los seres humanos, por consiguiente, se reduce a la época de la ovulación que ocurre, aproximadamente, en la mitad del ciclo menstrual.

jueves, 30 de junio de 2011

El aparato respiratorio: bronquios, pulmones, lobulillos y alveólos


Los BRONQUIOS son unas ramificaciones, cada vez más finas y numerosas, gracias a las cuales el-aire se distribuye por todo el ámbito pulmonar. Los bronquios gruesos tienen un aspecto semejante al de la tráquea; pero a medida que se hacen más finos, sus paredes se adelgazan.

Los PULMONES son dos masas de tejido esponjoso y elástico, que se expanden y contraen siguiendo los movimientos de la caja torácica. El pulmón izquierdo está dividido en dos lóbulos y el derecho en tres. Ambos pulmones están cubiertos por la pleura. Es ésta una membrana serosa constituida por dos hojas, una de las cuales se adhiere a las costillas y la otra al pulmón. Entre ambas hojas hay un líquido lubricante que permite el libre deslizamiento de las mismas durante los movimientos respiratorios.

Los LOBULILLOS. Cada lóbulo pulmonar se divide en lobulillos de cerca de un centímetro cúbico de volumen. Hay 800 en el pulmón derecho y 700 en el izquierdo. A cada lobulillo llega una fina ramificación bronquial, dividida en una docena de ramificaciones más finas aún: son los bronquiolos.

Los ALVÉOLOS. Se encuentran en la extremidad de los bronquiolos terminales donde forman densfos racimos. Tienen la forma de vesículas hemisféricas. Cada alvéolo se halla revestido por una red de finísimos capilares. En el breve lapso de 27 segundos, el conjunto de los capilares pulmonares recibe toda la masa de nuestra sangre, que sobrepasa los cinco litros. Para que los alvéolos, sobre los cuales se extiende esa finísima red capilar, puedan dar cabida a tal cantidad de líquido, es indispensable que su número sea muy crecido (algunos centenares de millones). Extendidos, ocuparían una superficie de 100 a 150 metros cuadrados. A través de esta enorme superficie se produce el intercambio de gases entre el aire inspirado, que llega a un lado de la membrana, y la sangre que fluye por el otro lado, dentro de la red capilar.

martes, 28 de junio de 2011

El aparato respiratorio: nariz, faringe, laringe y traquea


EL APARATO RESPIRATORIO es un conjunto de órganos cuya misión consiste en introducir el aire en el organismo y efectuar los intercambios gaseosos: el paso del oxigeno del aire a la sangre, y del anhídrido carbónico en sentido inverso.

La NARIZ es un conducto de entrada del aire en las vías respiratorias. En los vocablos que se refieren a la nariz, se encuentra con frecuencia la raíz "riño" (rinitis, otorrinolaringología, etc.). Riño deriva de la palabra griega "rin", que significa, precisamente, nariz.

Un tabique, en parte óseo y en parte cartilaginoso, divide la nariz en dos mitades, cada una de las cuales está subdividida por tres repliegues en otros tantos conductos denominados meatos. El objeto de los repliegues, que aumentan la superficie de la mucosa, es calentar y humedecer el aire, y librarlo de impurezas, gérmenes, etc. Para ello, las mucosas están ricamente vascularizadas y permanentemente humedecidas por el líquido lagrimal y por una mucosidad viscosa, de acción antiséptica.

La FARINGE es el conducto por el cual pasa el aire a los pulmones y los alimentos al estómago. Con tal objeto, se comunica por arriba con la boca y la nariz, en tanto que abajo se prolonga en dos conductos: uno, denominado esófago, que lleva los alimentos al estómago; el otro, la laringe, que es la vía seguida por el aire inspirado.

La LARINGE no es solamente un lugar de paso para el aire; es, además, el órgano de la fonación. Allí se producen los sonidos que, modulados por la lengua y los labios, se traducen en palabras. En el extremo superior de la laringe hay una membrana valvular, la epiglotis, que cierra el orificio de dicho conducto durante la deglución. De no ser así, los alimentos podrían entrar en las vías respiratorias.

La TRÁQUEA es un tubo cilindrico de 10 a 12 centímetros de largo y 2 de diámetro, al que una serie de anillos cartilaginosos mantiene permanentemente abierto para que el aire pueda pasar fácilmente.

domingo, 26 de junio de 2011

Reguladores electrónicos del corazón


Los reguladores electrónicos no renuevan nada de lo que está orgánicamente desgastado o lesionado en tan delicado mecanismo. Lo que hacen es reajustar el ritmo mediante controlados estímulos eléctricos. La presión o tensión arterial. Constituyen expresiones análogas, que denominan un mismo fenómeno. Éste consiste en el variable empuje de la sangre sobre la pared de las arterias, la que reacciona con diferente grado de tensión, a la fuerza de la presión sanguínea: cada contracción cardíaca (sístole) la eleva, determinando la presión máxima (presión sistólica), y la relajación de la diástole la disminuye, estableciendo la presión mínima (presión dias-tólica).

A comienzos del siglo dieciocho, Stephen Hales, un clérigo inglés, demostró experimentalmente que la sangre circula a presión en las arterias. Par, ello, insertó en la arteria crural de una vieja yegua, un tubo de bronce, al que adaptó un segundo tubo de vidrio de igual diámetro, en el que pudo observar la altura a que se elevaba la columna de sangie como resultado de la presión, y también las variantes producidas por las pulsaciones. (En realidad, ese tubo representaba simplemente un manómetro de sangre, en el que no era posible realizar observaciones muy prolongadas a causa de la coagulación.)

El médico puede establecer el valor de la presión sanguínea arterial, mediante el esfigmomanómetro (de esfigmos =z pulso, y manómetro, dispositivo para medir presiones), aparato que consiste en un manguito neumático, adaptable al brazo mediante un vendaje, y que puede insuflarse y desinflarse gradualmente y a voluntad. La medición se hace en términos de la presión de aire necesaria para comprimir la arteria hasta que el pulso desaparece, presión que se registra en el manómetro conectado con el manguito neumático.

Comúnmente la tensión arterial se toma en la arteria humeral del brazo izquierdo, por encima del pliegue del codo. La presión diastólica se aprecia con la ayuda de un estetoscopio colocado sobre la misma arteria, por debajo de la zona comprimida, para poder escuchar las pulsaciones. La intensidad de la presión sanguínea disminuye a causa de la fricción de la sangre circulante contra las paredes de los tubos conductores: decrece paulatinamente en el trayecto circulatorio, desde la aorta (en donde llega a 140) hasta las venas inmediatas a las aurículas (alrededor de 0).

La presión normal en el hombre, oscila entre los 120 y los 75 mm. de mercurio (máxima en la sístole y mínima en la diástole), es decir, que iguala a la presión que ejerce una columna de mercurio de las alturas respectivamente consignadas. Para asegurar la eficiencia de los procedimientos esfigmomanométricos, existe una serie de reglas, uniformadas por comités médicos especiales, reglas que se refieren no sólo a las condiciones del equipo instrumental y a la posición del paciente, sino también a los métodos para la aplicación de los aparatos, y normas para la determinación de la presión sistólica y diastólica.

viernes, 24 de junio de 2011

Actividad cardíaca


La insensibilidad del corazón al tacto, fue ya comprobada por Guillermo Harvey a comienzos del siglo XVII, luego de las repetidas observaciones que tuvo oportunidad de realizar en el conde de Montgomery, en quien era posible efectuar directamente tales experiencias, en virtud de su particular conformación torácica. Los latidos del corazón.

Dijimos ya que el latido cardíaco se origina en una zona de la pared de la aurícula derecha (en el punto en que desemboca la vena cava superior) y desde allí se propaga en todas direcciones. Esa limitada zona, denominada nodulo sinuauricular, está constituida por tejido muscular especializado, y no es otra cosa que vestigios del llamado seno venoso, presente en los vertebrados poiquilotermos. El nodulo sinuauricular (conocido también como nodulo de Keith y Flack en recuerdo de quienes lo investigaron) no sólo imprime al corazón su ritmo particular, sino que lo regula, dándosele por ello el nombre de "marcapaso".

Gobierna así, en condiciones normales, la actividad cardíaca, sin que en su desarrollo intervengan para nada estímulos de origen cerebral. Decimos que el automatismo del nodulo sinuauricular rige en "condiciones normales" al corazón, porque si ocasionalmente surgen alteraciones funcionales profundas en el marcapaso, otra particular formación muscular que también es centro de automatismo cardíaco, el nodulo, auriculoventricular, impone al corazón un ritmo especial y más lento, que se denomina ritmo nodal (aurículas y ventrículos laten simultáneamente, alrededor de cincuenta veces por minuto, a diferencia del ritmo sinusal, cuya frecuencia es de setenta y cinco a ochenta latidos en igual lapso). Una de las recientes conquistas de la cirugía y de la técnica modernas, consiste en la "instalación" en el organismo, de un diminuto regulador electrónico del ritmo cardíaco.


Merced a este estimulador automático se logra corregir la mayoría de las alteraciones de la actividad cardíaca, producidas ya por deficiencias funcionales del haz. de His, por exaltación del automatismo, por taquicardias paroxísticas o por perturbaciones en la transmisión de estímulos (bloqueos).

miércoles, 22 de junio de 2011

Sístole y diástole



La sístole dura cuatro décimos de segundo (una décima de segundo para las aurículas y tres para los ventrículos) y la diástole dura otro tanto, de manera que un latido completo dura unas ocho décimas de segundo. En los momentos de "stress" (choque) el latido puede aumentar considerablemente. Los latidos cardíacos pueden ser modificados por varios factores, como la emoción, la velocidad respiratoria, temperatura, ejercicio, el volumen de sangre que llega a la aurícula derecha y la que sale por la aorta y las cantidades de oxígeno y anhídrido carbónico en la sangre.

Señalamos antes, que el músculo cardíaco late espontáneamente en virtud de una de las propiedades fundamentales de la fibra muscular miocárdica, el automatismo, que se evidencia ya en el embrión. (En los peces, reptiles y batracios, el automatismo o actividad cronotrópica, tiene notable desarrollo: el corazón, después de arrancado del cuerpo, sigue latiendo bastante tiempo, según las especies.)

Esta característica estructural, no significa que la actividad cardíaca carezca de regulación nerviosa: el corazón, que está inervado por ramificaciones del sistema autónomo, sufre una acción inhibidora del nervio vago o neumogástrico, cuya influencia es cardiomoderadora; una acción aceleradora del simpático (acción crono-trópica positiva), y la acción sensitiva que sólo se advierte en circunstancias especiales: el eretismo cardíaco (palpitaciones), las taquicardias (aceleración del ritmo cardíaco), ambos fenómenos resultantes de estados emocionales o de drogas estimulantes, y la sensibilidad dolorosa producida por la angina de pecho.

lunes, 20 de junio de 2011

El músculo cardíaco


El músculo cardíaco es, en apariencia, estriado, pero a diferencia de las fibras musculares estriadas (voluntarias) sus fibras son ramificadas. La ramificación y entrelazamiento de las fibras vecinas forman un tejido ideal para un órgano elástico, en forma de saco, que se contrae y expande repetidamente. Es esencial que los latidos cardíacos sean uniformes y el latido de cada parte sea coordinado con respecto a las demás. Aunque el músculo cardíaco late espontáneamente (esto es, sin recibir señales nerviosas), la frecuencia de los latidos está controlada por nervios. Dos series de nervios inervan el corazón: una, parasimpática, en el nervio vago, y otra, simpática.

Los latidos cardíacos se originan en una pequeña área (el nódulo sinuaricular), en la pared de la aurícula derecha. Este nódulo se llama marcapaso del corazón, y está formado por fibras musculares especiales y fibras nerviosas del nervio vago y de un nervio simpático. Los impulsos que vienen por el nervio vago disminuyen la frecuencia de los latidos, mientras que los impulsos simpáticos la aumentan. La contracción del músculo cardíaco se distribuye rápidamente (a un metro por segundo) a través de las aurículas, de manera que ambas laten más o menos juntas.

Otra área especial —el nodulo auriculoventricular— recibe el latido de las aurículas y manda señales a lo largo de una banda de tejido —el haz de His— que se ramifica en ambos ventrículos. Éstos también laten casi juntos. La onda de contracción se distribuye a través de los ventrículos a una velocidad de diez centímetros por segundo. El músculo cardíaco tiene un largo período de relajación después de la contracción, durante el cual no puede contraerse nuevamente. Esto asegura que no comience un latido hasta que el anterior no haya terminado. El período de contracción se llama sístole y el de relajación, diástole.

sábado, 18 de junio de 2011

La presión arterial


Los vasos que llevan sangre desde el corazón se llaman arterias. Éstas se ramifican en vasos más pequeños, las arteriolas que se resuelven, dentro de los tejidos, en capilares —canales cuyas paredes tienen el espesor de una sola célula—. A causa de la repetida ramificación de los capilares en los tejidos y a la delgadez de sus paredes, las sustancias sanguíneas llegan a estar en íntimo contacto con las células, pudiendo realizarse con facilidad el intercambio de materiales. Los capilares se reúnen para formar vénulas y éstas para formar venas a través de las cuales la sangre vuelve al corazón. La sangre que corre por las venas (sangre venosa) está comúnmente desoxigenada, aunque en el caso de las venas pulmonares la sangre es rica en oxígeno.

La presión bajo la cual el corazón impulsa la sangre a través de las arterias es menor a medida que éstas se ramifican y disminuye su diámetro. Cuando la sangre sale de los capilares pasando a las venas, la presión es de apenas un décimo del valor original. Esta presión no es suficiente para impulsar la sangre de regreso al corazón.

¿Cómo hace la sangre, entonces, para llegar desde las venas al corazón? La acción absorbente del corazón es, en parte, responsable, pero no es lo suficientemente poderosa. Las mismas venas son capaces de contraerse y ayudar a impulsar la sangre hacia el corazón. Tienen válvulas que impiden el reflujo de sangre desde el corazón (las válvulas de las venas del antebrazo pueden verse como abultamientos, colocando un lazo en el brazo, justo encima del codo). Sus paredes son delgadas y nq tan musculares como las de las arterias, pero su luz o lumen es mayor. Las contracciones musculares "masajean" las venas y ayudan de este modo al flujo sanguíneo hacia el corazón.

jueves, 16 de junio de 2011

El corazón humano



El corazón humano es un músculo hueco dividido en cuatro cámaras, situado debajo del esternón y entre los pulmones. Está dividido verticalmente en dos mitades, derecha e izquierda, cada una de las cuales tiene dos compartimientos. Los compartimientos superiores se llaman aurículas (o atrios) y los inferiores ventrículos. Estos últimos tienen paredes musculares gruesas por cuya contracción la sangre es impulsada desde el corazón hacia los pulmones y hacia el resto del cuerpo.

La sangre que viene de la cabeza y el cuerpo penetra dentro de la aurícula derecha por medio de grandes venas. Luego se abre una válvula que permite la entrada de la sangre al ventrículo derecho que se contrae, impulsándola a través de un gran vaso, la arteria pulmonar, que tiene dos ramas, derecha e izquierda. Cada una de ellas corresponde a un pulmón, dentro del cual se divide en un laberinto de capilares. En ellos la sangre se reabastece de oxígeno, volviendo al corazón por las venas pulmonares, que desembocan en la aurícula izquierda.

La apertura de una válvula (aurículo-ventricular) permite la entrada de la sangre —ahora oxigenada— al ventrículo izquierdo, que se contrae, impulsándola por todo el cuerpo. Las dos aurículas y los dos ventrículos se contraen más o menos juntos de manera tal que la sangre que se dirige a los pulmones y la que va al resto del cuerpo caen juntas; pero en todo momento, la sangre rica en oxígeno (que viene de los pulmones) está separada de la pobre en oxígeno (que procede del cuerpo).

martes, 14 de junio de 2011

Los latidos del corazón


Los mamíferos y las aves son los únicos animales de sangre caliente (homeotermos). Los tejidos necesitan grandes cantidades de combustible y oxígeno para mantener la alta temperatura corporal, y este trabajo produce mucho material de desecho. Para que los tejidos puedan seguir funcionando eficientemente deben eliminarse esos materiales en forma rápida y, al mismo ritmo asegurar la provisión de oxígeno y combustible.

Es así que la sangre debe circular rápidamente por todo el cuerpo. En el hombre, el corazón late unas setenta veces por minuto, y la sangre tarda en hacer un circuito completo veinticinco segundos aproximadamente. La sangre es impulsada a los tejidos bajo una elevada presión. Éste es el resultado de la doble circulación; los circuitos están dispuestos de manera tal que la sangre que viene de los tejidos, pobre en oxígeno, está separada de la que va de los pulmones al corazón, enriquecida en oxígeno, y lista para ser impulsada nuevamente a través del cuerpo. En su viaje por el cuerpo, la sangre oxigenada pasa a los tejidos únicamente a través del sistema capilar.

En los peces, cuyo corazón no está dividido en dos mitades, la sangre no oxigenada, es impulsada hacia las branquias para su oxigenación, pasando allí a través de una serie de capilares antes de fluir hacia los tejidos. Por este motivo, la sangre llega a los tejidos a una presión bastante baja (en otro artículo se explicará el sistema sanguíneo de otros animales distintos del hombre).

domingo, 12 de junio de 2011

El trabajo del corazón


Mientras el corazón trabaja normalmente, sus rítmicas contracciones son apenas perceptibles. Un ejercicio violento o una fuerte emoción, aumenta en tal forma la frecuencia e intensidad de sus latidos, que pareciera querer salirse del cuerpo. Éste es un ejemplo típico de cómo algunos órganos del cuerpo cambian continuamente el tono de su actividad para satisfacer las variables exigencias de los otros tejidos. Del mismo modo que los latidos cardíacos, varía también la provisión de sangre a las diferentes partes del cuerpo.

Cuando nos movemos, aumenta el aflujo de sangre a los músculos; en su interior se abren más canales para posibilitar este incremento con el objeto de que los tejidos puedan recibir mayores cantidades de combustible y el oxígeno necesario para su combustión. Al mismo tiempo, el aprovisionamiento o flujo sanguíneo de la piel y el intestino puede disminuir. De esta manera, aunque los grandes vasos llevan sangre constantemente, los extremos del sistema pueden abrirse o cerrarse de acuerdo a requerimientos circunstanciales. No obstante, todas las partes del sistema son elásticas: el diámetro de los grandes vasos puede dilatarse o contraerse y el volumen del flujo sanguíneo aumentar o disminuir.

Sabemos que la mayoría de las sustancias presentes en la sangre, no están confinadas al sistema de vasos sanguíneos. El y los productos de oxígeno la digestión de los alimentos pasan de los capilares a los tejidos, y las sustancias de desecho, etc., hacen el camino inverso. El combustible extra (glucosa) que necesitan los músculos durante su actividad, es segregado por el hígado dentro de la corriente sanguínea. Los ríñones extraen de la sangre el material de desecho, de tal manera que la sangre que dejan estos órganos ha cambiado su composición. Es decir que también el fluido que corre por el sistema de vasos sanguíneos está sometido a continuos cambios por el ingreso y egreso de materiales.

domingo, 5 de junio de 2011

La región olfatoria


Las células sensibles están enclavadas en el tejido (epitelio) que reviste la nariz, en el techo de la cavidad nasal, sobre la parte superior de la pared que divide la nariz en dos mitades y sobre el pliegue superior en cada mitad.

La llamada región olfatoria de la mucosa pituitaria corresponde a su tercio posterior y presenta dos características: ausencia de células vibrátiles, propias de la zona anterior o respiratoria, y presencia del epitelio y células especiales. El epitelio consta a su vez de dos clases de elementos: las células de sostén, que ocupan todo el espesor, y las olfativas (o de Schultze). Estas últimas son largos filamentos con un ensanchamiento en el núcleo y que al nivel de la superficie libre presentan como un pincel de hebras finas dotadas de movimientos lentos. Las células olfatorias son singulares en el hecho de que sus "axones" pasan al sistema nervioso central. Generalmente los procesos nerviosos surgen del sistema nervioso central.

Están rodeadas por células de sostén, como hemos dicho, y por glándulas. Estas últimas producen un fluido castaño-amarillento que humedece las extremidades de las células olfatorias. Los productos químicos a los cuales los receptores son sensibles se disuelven en este fluido. Su producción continua hace desaparecer los productos químicos que ya han estimulado los receptores, y, de este modo, los deja limpios y preparados para sustancias posteriores.

Todas las células olfatorias tienen la misma estructura. No obstante, podemos apreciar una gran variedad de olores. Mientras que hay relativamente pocos receptores del gusto y pocas fibras nerviosas que parten de ellos, hay muchos receptores del olfato y numerosas fibras nerviosas que llevan señales al cerebro. Dentro de las partes olfatorias del cerebro, las fibras nerviosas se entrelazan y se conectan con otras de un' modo muy complicado. Es posible que haya varias clases diferentes de receptores sensibles a diferentes olores.



Puesto que cada parte del lóbulo olfatorio recibe impulsos de una variedad de receptores, a causa de interconexiones complicadas, se puede distinguir todo un conjunto de diferentes sustancias olorosas. Se han propuesto varias clasificaciones de los olores, pero en general sólo responden a criterios personales de sus autores. Las analogías y diferencias entre los olores resultan distintas para distintas personas, y la experiencia demuestra que un mismo olor puede producir impresiones no siempre análogas en diferentes personas. El umbral del olfato varía notablemente para cada olor, siendo pequeñísimo en el caso de algunas sustancias aromáticas. Depende sobre todo de la especie animal.


Es bien conocido que la sensibilidad del olfato del perro es muy superior a la humana. En el caso concreto de la mariposa del gusano de seda, se han hecho experimentos que demuestran que basta probablemente una sola molécula de la hormona segregada por la hembra, para que al ser recibida por la antena olfatoria se desencadene todo el mecanismo de la danza nupcial en el macho. Una particularidad destacable del olfato es la facilidad de adaptación. Un perfume determinado, al cabo de cierto tiempo deja de percibirse. Gracias a esto, es también cierto que un olor desagradable, que al comienzo de percibirse era intolerable, pronto se hace imperceptible.

Sin embargo, aunque el olfato se agote para un olor particular, se conserva para los demás olores, lo cual indica que este agotamiento es un fenómeno de adaptación sensorial notable para los distintos olores y no de un proceso de fatiga. En definitiva, no se sabe con seguridad si corresponde a cada excitante, y sus variedades, una clase de células receptoras, como ocurre para el gusto, o si, por el contrario, cabrá achacar la gran variedad de estímulos olfativos a la combinación de unas cuantas sustancias sensoriales.


viernes, 3 de junio de 2011

El sentido del gusto


Respecto a las relaciones entre los sabores y la naturaleza química de los propios estímulos, es muy poco lo que se sabe. Puede afirmarse que el sabor ácido depende de los hidrogeniones (iones hidrógeno con una carga positiva), y parece ser que en el sabor salado el agente excitante es el anión de la sal disociada. Los alcaloides presentan sabor amargo característico, pero también lo tienen otras sustancias diversas, como el ion magnesio, los glucósidos, el ácido pícrico, etc. Un hecho evidente es que cuando una molécula presenta tres grupos nitro (—NOa). tiene gusto amargo.

El sabor dulce lo provocan los azúcares y otros cuerpos sin parentesco alguno con ellos (sacarina, cloroformo, etc.). Es difícil precisar qué grupos químicos caracterizan las sustancias que producen determinados sabores ya que cuerpos con estructura química muy distinta pueden presentar sabor análogo, y, por el contrario, compuestos químicamente idénticos, pero que sólo se diferencian en su configuración molecular, suelen tener sabores diferentes. Otros grupos de interés son que algunos productos químicos tienen gustos diferentes cuando se les aplica a partes diferentes de la lengua, y el analgésico (anestésico local) cocaína tiene efectos variables sobre los cuatro sabores.

La textura del alimento y su temperatura también afectará al "gusto"' aparente del alimento, pues los receptores del tacto y de la temperatura en la boca son estimulados por su presencia. El gusto de una sustancia es, pues, dependiente de cierto número de factores. Cada sabor aislado tiene un umbral determinado, una cantidad mínima de sustancia necesaria para que sea percibido por un organismo normal. Así, por ejemplo, el umbral para el amargo se logra experimentalmente con una solución de sulfato de quinina al 0,004 por ciento.

La impresión y la percepción se aumentan cuanto mayor es la superficie gustativa que se afecta por el estímulo. Para saborear una sustancia de gusto agradable, la extendemos sobre la lengua utilizando para ello el paladar. La sensación persiste cierto tiempo después de la acción del estímulo. Las impresiones gustativas se perfeccionan por el ejercicio, en relación con un gran desarrollo de las papilas y botones sensoriales, como sucede en el caso de los catadores de vinos y salsas.

Las sensaciones gustativas, actuando como estímulos condicionados, tienen gran importancia en el mecanismo de las secreciones digestivas. Si bien los receptores del gusto son sensibles a pequeñas cantidades de productos químicos, los receptores del olfato pueden detectar cantidades aún más pequeñas. Los gustos básicos fundamentales son innatos: reacciones automáticas ante ciertas sustancias químicas. Esto está quizá reflejado por el hecho de que las fibras nerviosas de los perceptores del gusto pasan a la médula. Por el contrario, el sentido del olfato depende grandemente de la acumulación de experiencias pasadas (memoria), y los nervios pasan directamente a los hemisferios cerebrales.


Es interesante saber que ésta, que es la región más diferenciada del cerebro, ha sido producida por la evolución de las partes olfatorias del mismo (las que tienen relación con el olfato) en los vertebrados inferiores. Es posible, naturalmente, apreciar sabores distintos de los cuatro fundamentales, pero, estrictamente, ello es debido al sentido del olfato, cuyos receptores se encuentran situados en la parte posterior de la nariz. Los receptores del olfato, juntamente con los de la vista y el oído, forman el "sistema de receptores de distancia". O sea: nos informan de las condiciones a cierta distancia.