Las arterias son vasos sanguíneos que transportan la sangre desde el corazón. Las arterias carótidas son vasos sanguíneos que suministran sangre a la cabeza, el cuello y el cerebro. Una arteria carótida es la posición en cada lado del cuello. Las ramas derecha la arteria carótida común de la arteria braquiocefálica y se extiende hasta el lado derecho del cuello. Las ramas izquierda la arteria carótida común de la aorta y se extiende hasta el lado izquierdo del cuello. Cada ramas de la arteria carótida en los vasos internos y externos en la parte superior de la tiroides.
Función de las arterias carótidas
Las arterias carótidas suministran sangre oxigenada y llena de nutrientes a las regiones de cabeza y cuello del cuerpo.
Arterias carótidas: Sucursales
Tanto la derecha y la izquierda tronco común en las arterias carótidas internas y externas:
La arteria carótida interna - Fuentes de la sangre oxigenada al cerebro y los ojos.
Arteria carótida externa - Fuentes de la sangre oxigenada a la garganta, glándulas del cuello, lengua, cara, boca, orejas, cuero cabelludo y la duramadre de las meninges.
Enfermedad de la arteria carótida
Enfermedad de la arteria carótida es una condición en la que las arterias carótidas se angostan o se bloquean dando lugar a una disminución en el flujo de sangre al cerebro. Las arterias pueden obstruirse con depósitos de colesterol, que pueden romperse y causar coágulos de sangre. Los coágulos de sangre y depósitos pueden quedar atrapados en los vasos sanguíneos pequeños en el cerebro, disminuyendo el suministro de sangre al área. Cuando un área del cerebro es privar de sangre, se produce un accidente cerebrovascular. Obstrucción de la arteria carótida es una de las principales causas de accidente cerebrovascular.
Entrada destacada
¿Intentando perder peso?
#perderpeso #bajardepeso #consejosparaperderpeso #cuidados #consejossaludables No se deje engañar Es fácil sobreestimar las calorí...
Mostrando entradas con la etiqueta vasos sanguineos. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta vasos sanguineos. Mostrar todas las entradas
viernes, 22 de junio de 2012
domingo, 12 de junio de 2011
El trabajo del corazón
Mientras el corazón trabaja normalmente, sus rítmicas contracciones son apenas perceptibles. Un ejercicio violento o una fuerte emoción, aumenta en tal forma la frecuencia e intensidad de sus latidos, que pareciera querer salirse del cuerpo. Éste es un ejemplo típico de cómo algunos órganos del cuerpo cambian continuamente el tono de su actividad para satisfacer las variables exigencias de los otros tejidos. Del mismo modo que los latidos cardíacos, varía también la provisión de sangre a las diferentes partes del cuerpo.
Cuando nos movemos, aumenta el aflujo de sangre a los músculos; en su interior se abren más canales para posibilitar este incremento con el objeto de que los tejidos puedan recibir mayores cantidades de combustible y el oxígeno necesario para su combustión. Al mismo tiempo, el aprovisionamiento o flujo sanguíneo de la piel y el intestino puede disminuir. De esta manera, aunque los grandes vasos llevan sangre constantemente, los extremos del sistema pueden abrirse o cerrarse de acuerdo a requerimientos circunstanciales. No obstante, todas las partes del sistema son elásticas: el diámetro de los grandes vasos puede dilatarse o contraerse y el volumen del flujo sanguíneo aumentar o disminuir.
Sabemos que la mayoría de las sustancias presentes en la sangre, no están confinadas al sistema de vasos sanguíneos. El y los productos de oxígeno la digestión de los alimentos pasan de los capilares a los tejidos, y las sustancias de desecho, etc., hacen el camino inverso. El combustible extra (glucosa) que necesitan los músculos durante su actividad, es segregado por el hígado dentro de la corriente sanguínea. Los ríñones extraen de la sangre el material de desecho, de tal manera que la sangre que dejan estos órganos ha cambiado su composición. Es decir que también el fluido que corre por el sistema de vasos sanguíneos está sometido a continuos cambios por el ingreso y egreso de materiales.
Cuando nos movemos, aumenta el aflujo de sangre a los músculos; en su interior se abren más canales para posibilitar este incremento con el objeto de que los tejidos puedan recibir mayores cantidades de combustible y el oxígeno necesario para su combustión. Al mismo tiempo, el aprovisionamiento o flujo sanguíneo de la piel y el intestino puede disminuir. De esta manera, aunque los grandes vasos llevan sangre constantemente, los extremos del sistema pueden abrirse o cerrarse de acuerdo a requerimientos circunstanciales. No obstante, todas las partes del sistema son elásticas: el diámetro de los grandes vasos puede dilatarse o contraerse y el volumen del flujo sanguíneo aumentar o disminuir.
Sabemos que la mayoría de las sustancias presentes en la sangre, no están confinadas al sistema de vasos sanguíneos. El y los productos de oxígeno la digestión de los alimentos pasan de los capilares a los tejidos, y las sustancias de desecho, etc., hacen el camino inverso. El combustible extra (glucosa) que necesitan los músculos durante su actividad, es segregado por el hígado dentro de la corriente sanguínea. Los ríñones extraen de la sangre el material de desecho, de tal manera que la sangre que dejan estos órganos ha cambiado su composición. Es decir que también el fluido que corre por el sistema de vasos sanguíneos está sometido a continuos cambios por el ingreso y egreso de materiales.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)