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lunes, 25 de julio de 2011

BACTERIAS


Un coco (también llamado micrococo) tiene aproximadamente un micrón de diámetro y su forma se aproxima a la esfera. Este es el tipo más pequeño de bacteria descubierto por el hombre. Muchas bacterias tienen forma de bastón de un micrón, más o menos, de diámetro y de dos a diez micrones de largo. Algunas especies de bastón pueden producir esporas con el fin de resistir condiciones adversas, pero nunca forman más de una espora por célula.

Otras variedades desarrollan flagelos mediante los cuales pueden nadar y desplazarse. Sin estos flagelos las bacterias sólo pueden moverse arrastradas por corrientes. Existe una bacteria que no tiene una única forma especial. Se trata de la del tipo que fija cantidades apreciables de nitrógeno atmosférico en los nodulos de las plantas leguminosas. Esta bacteria cambia su estructura permanentemente, ya tiene forma de coco, ya de bastón con flagelo, ya sin él.

En las bacterias, cocos y bastones pueden formar cadenas, a veces sin ningún tipo de unión aparente entre las células individuales; otras con una frágil ligazón de goma o mucílago y a veces, también, con una vaina exterior definida. Ciertos tipos de bacterias largas de forma de bastón, se dividen formando una especie de pared a través de la célula, exactamente a mitad de camino entre los dos extremos. Después de realizada la división en dos cada una de las bacterias crecen hasta tomar un tamaño similar al primitivo. Pueden entonces dividirse nuevamente y así sucede indefinidamente con ellas y su progenie.

Algunas, en especial las denominadas sarcinas que tienen forma casi esférica, se dividen aparentemente en cuatro partes iguales o, al menos, en dos partes seguidas por otras dos en otro lado. El resultado de esta división se asemeja a un paquete rectangular o cúbico de esferas un poco aplastadas.

jueves, 14 de julio de 2011

Poblaciones de microbios


Si las bacterias y levaduras se desarrollan en o encima de un medio sólido no migran, habitualmente, lejos de su lugar de origen. Permanecen congregadas, formando una masa con sus descendientes. Es decir, fundan sus propias poblaciones. Tales agrupaciones se denominan colonias y son, en algunos casos, visibles a simple vista. Por supuesto, para que esa visibilidad normal se produzca la colonia debe ser muy numerosa. Tanto como la superpoblación humana existente en Ciudad de México, en Tokio o en San Pablo.

En general, una población microbiana, cuya fundación fue estimulada por una cadena de condiciones especialmente favorables, es invisible a nuestros ojos sin ayuda de un microscopio. Tenemos, entonces, que los microbios no solamente pueden tener una existencia en soledad y vivir independientemente sino que también son capaces de convivir en sociedad.

Forman sus poblaciones con millones de habitantes, con mucho mayor facilidad que los seres humanos constituimos las ciudades. Se trata de seres pequeños cuyas dimensiones varían desde los que pueden ser observados a simple vista hasta aquellos que tienen un diámetro de 1/8.000 de milímetro. Están vivos y en sus colonias habitacionales también se producen cambios, nuevas distribuciones del poder, nuevos dominios.

Hay también en ellas la lucha por la supervivencia, por obtener el alimento y el debatirse con medios adversos. Es sorprendente la solidaridad existente entre los individuos que integran las colonias microbianas en esa lucha. Pero quizá la cuestión más destacable es que el hombre aprovecha y en en muchos casos "cultiva" esas colonias para obtener inapreciables beneficios. Hacemos trabajar a los microbios para nosotros y ellos lo hacen generosamente porque ésa es su función natural.

lunes, 11 de julio de 2011

LOS MICROBIOS SON POTENCIALMENTE INMORTALES


Si consideramos solamente tres reinos —animal, vegetal y mineral—, los microbios pueden pertenecer, según su especie, a uno u otro de los reinos animal o vegetal, o quizá a ambos o a ninguno. Siendo seres vivos no pueden clasificarse en el tercero de los reinos mencionados.

Algunos hombres de ciencia han sugerido la posibilidad de formación de un cuarto reino, intermedio entre las plantas y los animales. Se propone el nombre de "protistas" para los que lo integran. Hay también razones para la constitución de un quinto reino, que incluya a los virus. Estos cuerpos son tan pequeños que se les llama ultramicrobios, pero nadie sabe a ciencia cierta si tienen o no vida. Tampoco son minerales.

Los microorganismos no mueren. Cuando lo hacen es por causas exteriores, completamente ajenas a ellos, como la elevación excesiva de la temperatura y la acción de ciertas sustancias químicas muy activas.

Él bacteriólogo inglés Hugh Nicol señalaba que la inmortalidad de estos diminutos seres es semejante "a lo que sería la nuestra, si nunca muriéramos por enfermedad o vejez, sino por efecto de una catástrofe, tal como una gran sequía, inundación o erupción volcánica".

La célula microbiana no sólo es capaz de llevar una existencia independiente, sino que puede reproducirse sola. Los microbios se reproducen por división: uno se transforma en dos.

La reproducción sexual es la única existente en los organismos superiores, si exceptuamos la propagación de plantas por retoños y otras formas similares. En los microorganismos, que no sean bacterias por cuanto éstas siempre se dividen espontáneamente, un proceso reproductivo sexual puede alternar con otro asexual.

No ha podido saberse cabalmente qué induce a una célula microbiana a reproducirse por división. Se ha demostrado que un ambiente propicio favorece tai división. La temperatura, por ejemplo, ejerce una función sumamente importante y, dentro de ciertos límites, un incremento de la temperatura induce a una división más frecuente de las células microbianas.

En el caso de una bacteria de cierta especie coliforme, una temperatura de veinte grados centígrados produce una división cada sesenta minutos. Una temperatura de cuarenta grados hace que esa división ocurra cada diecisiete minutos.

El alimento es, también, muy importante para esta reproducción de los microorganismos. Debe ser no solamente abundante sino utilizable. Es imperiosa la existencia de agua que posibilita la vida y la hace fácil.

Hay otros factores como el grado de acidez del contorno. Si hay calor, alimento, humedad y los otros factores necesarios puede afirmarse que los microbios se seguirán multiplicando hasta acabar con el alimento. Luego morirán de hambre o bien adoptarán alguna de las formas de resistencia que ciertas clases suelen tomar en condiciones desfavorables. Hallándose en medios adversos para sus formas vegetativas, muchas bacterias y algunos hongos microscópicos forman esporas y algunos protozoarios producen quistes.