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martes, 30 de julio de 2013

Sistema Sensorial


Todos los animales tienen la capacidad de percibir estímulos del entorno externo e interno. Estos estímulos son captados por células altamente especializadas, llamadas células sensoriales, oa través de las terminaciones nerviosas de las neuronas simples. Estas células o terminaciones nerviosas se encuentran en todo el cuerpo y en los órganos de los sentidos (olfato, gusto, tacto, vista y oído), que forman el sistema sensorial.

Aunque cada órgano de los sentidos presentar un tipo diferente de célula sensorial, que funcionan de manera muy similar. Tras la estimulación, se produce un cambio en la permeabilidad de la membrana plasmática de la célula sensorial, la generación de impulsos nerviosos que llegan al sistema nervioso central, donde se interpretan. 

Estos impulsos nerviosos generados por las células sensoriales (por la luz que llega a los ojos o un olor que llega a la nariz) son muy similares. Sólo cuando llegan a las áreas del cerebro responsables de este caso, la vista y el olor es que el pulso se interpreta como sensaciones visuales y olfativos. Por lo tanto, cualquier persona que realmente ve y huele no son los ojos y la nariz, pero el cerebro.

Las células sensoriales que pueden captar los estímulos ambientales son llamados exteroceptores y se distribuyen en la superficie externa del cuerpo y se puede encontrar en los órganos responsables del gusto, el olfato, el oído y la vista.

El quimioceptor es un tipo de exteroceptor responsables del sabor y el olor. Cuando se estimula moléculas de sustancias encajan en los receptores de proteínas presentes en la membrana de la célula en un proceso llamado llave-cerradura.

Hay células sensoriales llamados interoceptores propioceptores y estamos especializados en la crianza de los estímulos internos del cuerpo. Los propioceptores se encuentra en los músculos, tendones, articulaciones, cápsulas articulares y los órganos internos y tienen la función de informar al sistema nervioso acerca de la posición de los miembros en relación con el resto del cuerpo. Los interoceptores están situados en las vísceras y vasos sanguíneos, y tienen el propósito de percibir las condiciones internas del cuerpo, lo que nos permite sentir la sed, el hambre, la náusea, el placer sexual, etc. Además de informar acerca de las presiones de CO2 y O2 y la presión arterial.

Nuestra piel es responsable para el tacto y puede encontrar los corpúsculos de Pacini, uno que captura estímulos mecánicos mecanoceptor, y las transmite al sistema nervioso central.

En nuestro lenguaje son las papilas gustativas, que son responsables de nuestro gusto. Aquí podemos encontrar quimioceptoresque detectar la presencia de sustancias químicas. Hay papilas gustativas especializadas en la percepción de los cuatro sabores (amargo, salado, dulce y amargo). El olor también juega un papel importante en la percepción de los sabores.

Nuestras narices son responsables del sentido del olfato. Ellos el epitelio olfativo es un tejido especializado que se encuentra a miles de células olfativas, que tienen por que las moléculas de captura disueltos en el aire que respiramos.

Los oídos son los órganos responsables de la audición y el equilibrio. Aquí encontramos mecanorreceptores que captan estímulos mecánicos retransmisión al sistema nervioso central.

Ya se encuentra en las células sensoriales del ojo que son estimuladas por la luz, llamada fotoceptores responsable del sentido de la vista. Estas células se encuentran en la retina y pueden ser del cono o varilla. Las varillas son muy sensibles a las variaciones en el brillo, pero no distinguen los colores, mientras que los conos aparte.

viernes, 3 de junio de 2011

El sentido del gusto


Respecto a las relaciones entre los sabores y la naturaleza química de los propios estímulos, es muy poco lo que se sabe. Puede afirmarse que el sabor ácido depende de los hidrogeniones (iones hidrógeno con una carga positiva), y parece ser que en el sabor salado el agente excitante es el anión de la sal disociada. Los alcaloides presentan sabor amargo característico, pero también lo tienen otras sustancias diversas, como el ion magnesio, los glucósidos, el ácido pícrico, etc. Un hecho evidente es que cuando una molécula presenta tres grupos nitro (—NOa). tiene gusto amargo.

El sabor dulce lo provocan los azúcares y otros cuerpos sin parentesco alguno con ellos (sacarina, cloroformo, etc.). Es difícil precisar qué grupos químicos caracterizan las sustancias que producen determinados sabores ya que cuerpos con estructura química muy distinta pueden presentar sabor análogo, y, por el contrario, compuestos químicamente idénticos, pero que sólo se diferencian en su configuración molecular, suelen tener sabores diferentes. Otros grupos de interés son que algunos productos químicos tienen gustos diferentes cuando se les aplica a partes diferentes de la lengua, y el analgésico (anestésico local) cocaína tiene efectos variables sobre los cuatro sabores.

La textura del alimento y su temperatura también afectará al "gusto"' aparente del alimento, pues los receptores del tacto y de la temperatura en la boca son estimulados por su presencia. El gusto de una sustancia es, pues, dependiente de cierto número de factores. Cada sabor aislado tiene un umbral determinado, una cantidad mínima de sustancia necesaria para que sea percibido por un organismo normal. Así, por ejemplo, el umbral para el amargo se logra experimentalmente con una solución de sulfato de quinina al 0,004 por ciento.

La impresión y la percepción se aumentan cuanto mayor es la superficie gustativa que se afecta por el estímulo. Para saborear una sustancia de gusto agradable, la extendemos sobre la lengua utilizando para ello el paladar. La sensación persiste cierto tiempo después de la acción del estímulo. Las impresiones gustativas se perfeccionan por el ejercicio, en relación con un gran desarrollo de las papilas y botones sensoriales, como sucede en el caso de los catadores de vinos y salsas.

Las sensaciones gustativas, actuando como estímulos condicionados, tienen gran importancia en el mecanismo de las secreciones digestivas. Si bien los receptores del gusto son sensibles a pequeñas cantidades de productos químicos, los receptores del olfato pueden detectar cantidades aún más pequeñas. Los gustos básicos fundamentales son innatos: reacciones automáticas ante ciertas sustancias químicas. Esto está quizá reflejado por el hecho de que las fibras nerviosas de los perceptores del gusto pasan a la médula. Por el contrario, el sentido del olfato depende grandemente de la acumulación de experiencias pasadas (memoria), y los nervios pasan directamente a los hemisferios cerebrales.


Es interesante saber que ésta, que es la región más diferenciada del cerebro, ha sido producida por la evolución de las partes olfatorias del mismo (las que tienen relación con el olfato) en los vertebrados inferiores. Es posible, naturalmente, apreciar sabores distintos de los cuatro fundamentales, pero, estrictamente, ello es debido al sentido del olfato, cuyos receptores se encuentran situados en la parte posterior de la nariz. Los receptores del olfato, juntamente con los de la vista y el oído, forman el "sistema de receptores de distancia". O sea: nos informan de las condiciones a cierta distancia.