Existe la creencia bastante generalizada de que los microbios son perjudiciales para el ser humano. El calificativo popular de "microbio", de índole despectiva e insultante que se aplica a personas consideradas malvadas, habla de la extensión que aquella concepción tiene entre nosotros.
Lo cierto es que la mayoría de los microorganismos conocidos son completamente inofensivos para los seres humanos e incluso hay algunos que facilitan funciones fisiológicas vitales como la digestión de los alimentos. Las bacterias destruyen plantas y animales muertos y los convierten en humus ó materia orgánica, que aumenta la fertilidad de la tierra. Otras, transforman el nitrógeno del aire en sustancias asimilables por las plantas. El alcance benefactor de estos seres subvisibles puede llegar a grados insospechados. Mediante la labor silenciosa de los microorganismos puede llegarse a la superación de uno de los grandes dramas de la Humanidad: la provisión de alimentos a un mundo que crece segundo a segundo.
Sin duda, el mundo microbiano, todas sus posibilidades, despiertan en el niño el espíritu investigativo y crítico necesario para su formación. El conocimiento de este micromundo es una contribución más a su futuro de creador. de hombre en condiciones plenas de criticar, verificar y no aceptar fácilmente todo lo que se le proponga. Francis Galton decía:
"No se debe confiar en impresiones generales. Desgraciadamente, cuando vienen de antiguo se vuelven reglas fijas de vida, y asumen el derecho prescriptivo de no ser puestas en duda. En consecuencia, quienes no están acostumbrados a la investigación original sienten odio y horror hacia la estadística. No pueden soportar la idea de someter sus sagradas impresiones a la verificación a sangre fría. Pero es el triunfo de los hombres de ciencia el elevarse sobre tales supersticiones y desear pruebas que puedan certificar el valor de sus creencias, y poseer suficiente dominio de sí mismos para dejar a un lado con desprecio todo lo que resulte falso".
Lo cierto es que la mayoría de los microorganismos conocidos son completamente inofensivos para los seres humanos e incluso hay algunos que facilitan funciones fisiológicas vitales como la digestión de los alimentos. Las bacterias destruyen plantas y animales muertos y los convierten en humus ó materia orgánica, que aumenta la fertilidad de la tierra. Otras, transforman el nitrógeno del aire en sustancias asimilables por las plantas. El alcance benefactor de estos seres subvisibles puede llegar a grados insospechados. Mediante la labor silenciosa de los microorganismos puede llegarse a la superación de uno de los grandes dramas de la Humanidad: la provisión de alimentos a un mundo que crece segundo a segundo.
Sin duda, el mundo microbiano, todas sus posibilidades, despiertan en el niño el espíritu investigativo y crítico necesario para su formación. El conocimiento de este micromundo es una contribución más a su futuro de creador. de hombre en condiciones plenas de criticar, verificar y no aceptar fácilmente todo lo que se le proponga. Francis Galton decía:
"No se debe confiar en impresiones generales. Desgraciadamente, cuando vienen de antiguo se vuelven reglas fijas de vida, y asumen el derecho prescriptivo de no ser puestas en duda. En consecuencia, quienes no están acostumbrados a la investigación original sienten odio y horror hacia la estadística. No pueden soportar la idea de someter sus sagradas impresiones a la verificación a sangre fría. Pero es el triunfo de los hombres de ciencia el elevarse sobre tales supersticiones y desear pruebas que puedan certificar el valor de sus creencias, y poseer suficiente dominio de sí mismos para dejar a un lado con desprecio todo lo que resulte falso".