Las fibras elásticas permiten a los pulmones expandirse en la inspiración (entrada de aire) y cuando se contraen (esto es, se acortan) en la espiración (salida de aire) impulsan el aire fuera de los pulmones.
La espiración se cumple, principalmente, por la acción de estas fibras elásticas, de tal manera que se requiere muy poco esfuerzo muscular. Una persona que sufre un ataque de asma tiene dificultad en espirar el aire a causa de la contracción del músculo liso de los bronquiolos que reduce la expansión de los pulmones —y, por lo tanto, el estiramiento de las fibras elásticas— durante la inspiración.
La fuerza producida por el acortamiento de las fibras elásticas es, en consecuencia, menor que en una espiración normal. Los pulmones están situados en una cavidad, la cavidad pleural, que está limitada, hacia abajo, por el diafragma, una placa muscular, y, hacia los lados, por las costillas.
Entre las costillas se encuentran los músculos intercostales de importante función en los movimientos respiratorios; hay otros músculos que intervienen en la respiración, ayudando a los intercostales: los escalenos, hacia arriba, y los músculos abdominales hacia abajo.
El diafragma forma una cúpula de convexidad superior, en la parte inferior de las costillas. Durante la inspiración, el diafragma se aplana y desciende; los músculos intercostales mandan las costillas hacia afuera; el resultado es que la cavidad pleural se expande en todos los sentidos y reduce la expansión de los pulmones —y, por la presión atmosférica impulsa el aire hacia el interior de los pulmones.
Durante la espiración, los músculos intercostales se relajan y el acortamiento de las fibras elásticas del tejido pulmonar, junto con el impulso de los músculos abdominales y otro situado entre las costillas y el esternón, impulsan el aire al exterior de los pulmones.
El hombre es un animal que camina en posición erecta, de modo tal que el diafragma es más o menos horizontal y se mueve verticalmente. En los animales que caminan sobre sus cuatro miembros (cuadrúpedos), en cambio, el diafragma es vertical y se mueve horizontalmente. En el hombre, la caja torácica soporta poco peso y es movible, de tal manera que sus movimientos o los del diafragma aseguran una suficiente ventilación a los pulmones.
En los cuadrúpedos, en cambio, las costillas y sus músculos son más pesados, lo que reduce su movilidad. De esta manera, la mayor parte de la ventilación pulmonar está supeditada a los movimientos del diafragma. En contraste, las ballenas, y otros mamíferos que viven en el agua y no tienen que llevar ningún peso sobre sus miembros, pueden utilizar sus músculos torácicos para la respiración, siendo el diafragma de mucho menor importancia.
La espiración se cumple, principalmente, por la acción de estas fibras elásticas, de tal manera que se requiere muy poco esfuerzo muscular. Una persona que sufre un ataque de asma tiene dificultad en espirar el aire a causa de la contracción del músculo liso de los bronquiolos que reduce la expansión de los pulmones —y, por lo tanto, el estiramiento de las fibras elásticas— durante la inspiración.
La fuerza producida por el acortamiento de las fibras elásticas es, en consecuencia, menor que en una espiración normal. Los pulmones están situados en una cavidad, la cavidad pleural, que está limitada, hacia abajo, por el diafragma, una placa muscular, y, hacia los lados, por las costillas.
Entre las costillas se encuentran los músculos intercostales de importante función en los movimientos respiratorios; hay otros músculos que intervienen en la respiración, ayudando a los intercostales: los escalenos, hacia arriba, y los músculos abdominales hacia abajo.
El diafragma forma una cúpula de convexidad superior, en la parte inferior de las costillas. Durante la inspiración, el diafragma se aplana y desciende; los músculos intercostales mandan las costillas hacia afuera; el resultado es que la cavidad pleural se expande en todos los sentidos y reduce la expansión de los pulmones —y, por la presión atmosférica impulsa el aire hacia el interior de los pulmones.
Durante la espiración, los músculos intercostales se relajan y el acortamiento de las fibras elásticas del tejido pulmonar, junto con el impulso de los músculos abdominales y otro situado entre las costillas y el esternón, impulsan el aire al exterior de los pulmones.
El hombre es un animal que camina en posición erecta, de modo tal que el diafragma es más o menos horizontal y se mueve verticalmente. En los animales que caminan sobre sus cuatro miembros (cuadrúpedos), en cambio, el diafragma es vertical y se mueve horizontalmente. En el hombre, la caja torácica soporta poco peso y es movible, de tal manera que sus movimientos o los del diafragma aseguran una suficiente ventilación a los pulmones.
En los cuadrúpedos, en cambio, las costillas y sus músculos son más pesados, lo que reduce su movilidad. De esta manera, la mayor parte de la ventilación pulmonar está supeditada a los movimientos del diafragma. En contraste, las ballenas, y otros mamíferos que viven en el agua y no tienen que llevar ningún peso sobre sus miembros, pueden utilizar sus músculos torácicos para la respiración, siendo el diafragma de mucho menor importancia.
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