Los glóbulos blancos son células con núcleo, notablemente más grandes que los glóbulos rojos y de forma redondeada. Son incoloros, granulosos y semitransparentes; en cada milímetro cúbico de sangre, se encuentran alrededor de 7.000 glóbulos blancos. Desempeñan una importantísima función en la defensa del organismo; destruyen los elementos extraños que llegan a la sangre, especialmente los gérmenes que pueden producir graves enfermedades.
Las plaquetas son corpúsculos pequeñísimos, de forma semejante a una pequeña placa o a un bastoncillo. Existen cerca de 200.000 en un cm.3 de sangre. Desempeñan un importante papel en la coagulación de la misma.
Los glóbulos rojos son producidos en forma continuada por la llamada médula roja de los huesos. Si se observa por ejemplo un hueso de buey, cortado en dos, se puede ver en su cavidad la médula roja, de aspecto esponjoso. Observándola al microscopio, se nota que entre las fibras de tejido conjuntivo, que forman la médula, se encuentran numerosas células, llamadas células de la médula ósea, que producen glóbulos rojos.
La función principal de éstos, como hemos dicho, es la de fijar el oxígeno del aire en los pulmones, pero esta función pueden realizarla durante un lapso de tres o cuatro semanas. Es entonces cuando entra en funciones el bazo; se encarga de retener y destruir los glóbulos rojos envejecidos. Durante esta tarea, el bazo efectúa un trabajo importantísimo: salva de la destrucción a la hemoglobina, la cual va a ser utilizada por el hígado para la elaboración de la bilis. El hierro, en cambio, vuelve a ser utilizado para la elaboración de nueva hemoglobina.
Las plaquetas son corpúsculos pequeñísimos, de forma semejante a una pequeña placa o a un bastoncillo. Existen cerca de 200.000 en un cm.3 de sangre. Desempeñan un importante papel en la coagulación de la misma.
Los glóbulos rojos son producidos en forma continuada por la llamada médula roja de los huesos. Si se observa por ejemplo un hueso de buey, cortado en dos, se puede ver en su cavidad la médula roja, de aspecto esponjoso. Observándola al microscopio, se nota que entre las fibras de tejido conjuntivo, que forman la médula, se encuentran numerosas células, llamadas células de la médula ósea, que producen glóbulos rojos.
La función principal de éstos, como hemos dicho, es la de fijar el oxígeno del aire en los pulmones, pero esta función pueden realizarla durante un lapso de tres o cuatro semanas. Es entonces cuando entra en funciones el bazo; se encarga de retener y destruir los glóbulos rojos envejecidos. Durante esta tarea, el bazo efectúa un trabajo importantísimo: salva de la destrucción a la hemoglobina, la cual va a ser utilizada por el hígado para la elaboración de la bilis. El hierro, en cambio, vuelve a ser utilizado para la elaboración de nueva hemoglobina.