La descongelación de la sangre se realiza a una temperatura delimitada entre los 37 y los 40 grados centígrados, a los efectos de obtener correctas condiciones para el posterior paso de desglicerolización . Los hematíes se mantienen a cuatro grados centígrados hasta el momento de la transfusión, que generalmente no supera las veinticuatro horas posteriores.
Como dato que avala la experiencia con esta metodología, cabe consignar que durante la guerra del Golfo las Fuerzas Armadas de los Estados Unidos enviaron 100.000 unidades de sangre congeladas y que los cinco barcos de su flota naval tienen su propia reserva de hematíes criopreservados para atender cualquier eventualidad.
Como dato que avala la experiencia con esta metodología, cabe consignar que durante la guerra del Golfo las Fuerzas Armadas de los Estados Unidos enviaron 100.000 unidades de sangre congeladas y que los cinco barcos de su flota naval tienen su propia reserva de hematíes criopreservados para atender cualquier eventualidad.