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¿Intentando perder peso?

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lunes, 25 de abril de 2011

La respiración humana


Cuando un animal está dormido o echado, mientras se esconde de sus enemigos o espera el momento oportuno para asir su presa, hay muy pocos signos externos que indiquen que ese animal está vivo. Pero si miramos detenidamente a un pez escondido entre la vegetación acuática o a una rana agazapada en el pasto, notaremos los movimientos rítmicos de las cubiertas branquiales del pez y los latidos "deglutorios" de la rana. Estos movimientos respiratorios quizá sean los signos más evidentes de que un animal está vivo.

Son la expresión externa de los grandes intercambios energéticos que tienen lugar dentro del animal, cuya energía se obtiene por la combustión de las materias alimenticias digeridas con oxígeno. Pero la respiración no se limita a la obtención de oxígeno. Otra función importante es la remoción del anhídrido carbónico (producto de desecho de las combustiones) del organismo. Por otra parte, si bien la respiración es un proceso rítmico, ese ritmo puede ajustarse (y se ajusta) para satisfacer las variantes demandas de los tejidos.


Cada pulmón puede compararse a un árbol, cuyas ramas son huecas y están representadas por los bronquios y bronquio-los; cada grupo de hojas está representado por un grupo o racimo de pequeños sacos huecos llenos de aire, los alvéolos. Cada árbol respiratorio está cubierto por una capa de tejido, la pleura, y todas sus, partes poseen una rica irrigación sanguínea. Los alvéolos y los bronquiolos tienen fibras elásticas en sus paredes.

sábado, 23 de abril de 2011

LA SENSIBILIDAD DEL OLFATO


No obstante su declinación, el olfato sigue siendo un sentido de acentuada sensibilidad. Bastan en general pocos centenares de moléculas, esto es una cantidad infinitesimal de materia, para que una célula olfativa sea estimulada y transmita la excitación a los centros cerebrales.

Para dar datos más precisos, podemos decir que nuestra mucosa olfatoria es capaz de advertir los olores del almizcle, que desprende un centesimo de miligramo de mercaptan (sustancia orgánica muy fétida), colocado en un ambiente de 230 metros cúbicos, o sea en el que abarca el espacio de un departamento de tipo mediano.


EL OLFATO Y EL RESFRIADO
¿Por qué cuando estamos resfriados perdemos casi completamente la facultad de advertir los olores, e incluso el gusto? Porque la corriente de aire que transporta las moléculas olorosas llega con dificultad a la zona olfatoria de la mucosa.

La disminución del gusto se explica fácilmente si pensamos que la mayoría de las sensaciones que sentimos en la cavidad bucal, y que creemos gustativas, son en realidad olfatorias, debidas al perfume de los alimentos, que llegan a la nariz por medio de la garganta. Cuando no podemos advertir este perfume los alimentos nos resultan insípidos.

jueves, 21 de abril de 2011

CÓMO ADVERTIMOS LOS OLORES


El mecanismo por medio del cual advertimos los olores, es esquemáticamente muy simple. Transportadas por el aire las sustancias olorosas, por medio del aire inspirado, llegan a estimular las células olfativas, las cuales transmiten la excitación a los centros cerebrales, donde las sensaciones se transforman en conscientes.

Pero si deseamos adentrarnos en lo íntimo del mecanismo, las cosas se complican. Todavía hoy no se conoce exactamente cómo advertimos los olores. Sabemos que el olfato, como el gusto, es un sentido químico. Por eso es necesario, para distinguir un olor, que las moléculas que llegan a la mucosa olfatoria sean volátiles, esto es, que puedan desprenderse del cuerpo que las contiene.

Los elementos no volátiles, como por ejemplo los metales pesados (plata, oro, platino, etc.), son inodoros.

martes, 19 de abril de 2011

LA MUCOSA OLFATIVA


En la ilustración observamos una sección de la mucosa olfativa, agrandada cerca de 450 veces. Notemos que está formada por dos capas: una interna, que sirve de base, y que es la túnica propia de la mucosa, y otra externa, que está constituida por las células olfativas y las de sostén. Las células olfativas son en realidad verdaderas células nerviosas.

Tienen una forma alargada como un bastoncillo, con un engrasamiento en la parte media, que contiene el núcleo de la célula. Su prolongación se insinúa entre las células de sostén y aflora a la superficie de la mucosa, con un ramillete de 6 a 8 cilias o prolongaciones, las cilios olfativas; éstas son los receptores que se ponen directamente en contacto con las moléculas olorosas.

La prolongación de la parte opuesta, en forma de un sutil filamento, es una fibra nerviosa, que junto con todas las otras van a formar el nervio que llega hasta el bulbo olfatorio.

lunes, 18 de abril de 2011

El olfato


EL gran naturalista y geógrafo alemán Alejandro de Humboldt, en el curso de un viaje de exploración que efectuó por América del Sur desde el año 1799 al 1804, pudo observar cómo los indios del Perú seguían ciertos rastros, sirviéndose sobre todo del olfato. Este hecho sorprendente pertenece, podemos decir, al pasado; en efecto, en el hombre civilizado, el sentido del olfato se ha debilitado y es hoy menos útil que otros sentidos, como la vista o el oído. Esto ha sucedido con la evolución de la especie; en otros tiempos, el olfato era indispensable para el hombre, pero hoy éste se vale de medios de relación más completos y perfeccionados, más adaptados a sus necesidades actuales. Se puede decir que casi no utiliza su olfato.


DÓNDE SE ENCUENTRA EL ÓRGANO DEL OLFATO

El órgano del olfato se encuentra en el interior de la nariz, en la parte más alta de las fosas nasales. La nariz, mediante el tabique nasal, se encuentra dividida en dos cavidades bastante amplias y complicadas.

Por un lado, comunican con el exterior mediante los orificios de las fosas nasales o narinas; por otro lado, el interno, comunican con la zona alta de la faringe, por medio dedos orificios llamados coanas (del griego "choane", embudo, cavidad).

Cada una de las cavidades nasales se halla dividida en dos: una anterior, que se denomina vestíbulo y está revestida por dentro por tejido semejante a la piel; la otra, posterior, es la cavidad nasal propiamente dicha o fosa nasal y se halla revestida por mucosa. Esta mucosa recibe el nombre de pituitaria y su parte más alta, llamada mucosa olfativa, es la sede del órgano del olfato. Allí residen, efectivamente, los receptores olfativos.

sábado, 16 de abril de 2011

LAS HEMORROIDES


Las hemorroides son, como ya hemos dicho, las várices que se forman en el recto, el último segmento del intestino.

CÓMO SE MANIFIESTAN
Esta enfermedad se manifiesta con la aparición de dolores violentos durante las tentativas de emisión de las heces, que pueden estar salpicadas de sangre por la rotura de los vasitos dilatados.

También en las hemorroides, como en las venas varicosas de las piernas, pueden producirse peligrosas complicaciones, que determinan un dolor insoportable en el ano, sensación de peso y de escozor en la zona afectada y pérdidas irregulares de sangre, incluso independientemente de la emisión fecal.

LAS CAUSAS
Las causas de las várices del recto son muy semejantes a las que determinan las várices en las extremidades inferiores. Existen, sin embargo, algunas otras particulares de esta zona, que son: el estreñimiento crónico, determinadas enfermedades del hígado, que obstaculizan el circuito sanguíneo de retorno de las venas intestinales, que pasan todas por dicho órgano, algunos procesos inflamatorios del último segmento del intestino (proctitis), el abuso de sustancias picantes o irritantes en los alimentos, los pólipos rectales, etc.

jueves, 14 de abril de 2011

Venas varicosas


¿Cuáles son las verdaderas causas de las venas varicosas? Es difícil decirlo. Pueden ser muchas. Con todo, la causa primera es —como hemos visto— la escasa resistencia, muchas veces hereditaria, de los tejidos que forman las venas.

La causa directa es todo lo que constituye un obstáculo para la circulación: enfermedades u otras causas que provoquen una reducción de los movimientos (vida sedentaria o bien trabajo en pie durante muchas horas, largos períodos de permanencia en cama, etc., etc.); ligas que aprietan demasiado las piernas; embarazos frecuentes, durante los cuales ciertos vasos sanguíneos son comprimidos durante largo tiempo; enfermedades que obstaculicen el natural fluir venoso (graves inflamaciones uterinas, o masas tumorales abdominales, o linfoglandulares).

miércoles, 13 de abril de 2011

QUÉ SON LAS VÁRICES


Habitualmente, las venas hacen fluir la sangre hacia el corazón con regularidad. Pero en determinados casos esto no se produce normalmente y la circulación venosa sufre una detención. Esto ocurre sobre todo en personas que, por constitución, tienen las paredes de las venas debilitadas, poco resistentes, y las válvulas venosas no perfectamente formadas.

A estas personas les puede suceder —por diversas causas que más adelante veremos— que cedan ,en algún punto las paredes de las venas, haciéndose más finas; así, bajo el empuje de la sangre que presiona desde dentro, las venas tienden a dilatarse y alargarse, haciéndose cada vez más tortuosas e hinchadas. Estas dilataciones anormales de las venas son precisamente las várices.

LAS ZONAS AFECTADAS
Este fenómeno se produce generalmente en las venas de la mitad inferior del cuerpo. Efectivamente, las várices —tanto si se trata de venas varicosas como de hemorroides (várices del recto) —se encuentran siempre en la parte baja del abdomen y en las piernas.

LAS VÁRICES DE LAS EXTREMIDADES INFERIORES
Las várices de las piernas son las más frecuentes; por lo general, se extienden a ambas extremidades, si bien se desarrollan más en una de ellas. Se forman en las venas superficiales y sobre todo en las ramificaciones de la vena sajena interna, que sube por la pantorrilla y luego a lo largo de la parte interna del muslo.

CÓMO SE MANIFIESTAN
Bajo la piel de la pierna, coincidiendo con las venas enfermas, se nota una hinchazón azulada, que con el tiempo se va haciendo cada vez más evidente. A veces se advierte una frondosa red de venillas azuladas y ün poco resaltadas. Cuando aparecen manchas azuladas más o menos extendidas, se habla de microvárices, pues la enfermedad ha afectado especialmente los capilares venosos, que son unos vasos delgadísimos. En los casos más graves, las dilataciones se extienden a toda la zona afectada y entonces se trata de una verdadera descompensación venosa.

lunes, 11 de abril de 2011

Las venas y las várices


Que son y como se producen

Cuántas veces ha ocurrido que al término de una jornada fatigosa o bien después de haber pasado muchas horas en pie, advertimos una molesta sensación de tensión en las piernas, un entumecimiento en las rodillas, una hinchazón más o menos acentuada en los tobillos!

Todas éstas pueden ser señales normales de un cansancio natural y, por fortuna, la mayoría de las veces no pasan de serlo; pero en alguna otra ocasión tales síntomas indican el comienzo de un trastorno bastante común: las llamadas venas varicosas o simplemente várices, una de las enfermedades que afectan las venas. ¿Qué son estas várices? Si queremos tener una idea suficientemente clara de ello, es necesario saber previamente qué es una vena y cómo funciona.

CONOZCAMOS LAS VENAS
La sangre circula por el cuerpo humano a través de vasos de distinta estructura: las arterias y las VENAS. Las arterias parten del corazón y llevan la sangre hacia la periferia del cuerpo, mientras que las venas son los vasos que sirven para devolver la sangre de la periferia al corazón. Está claro que arterias y venas, pues tienen misiones diferentes, habrán de tener también estructura y constitución diversas.

Mientras las arterias son, en general, muy elásticas y tienen posibilidad de dilatarse y contraerse, según las necesidades, las venas, por el contrario, son más gruesas e inertes.

Como deben llevar hacia el corazón la sangre procedente de la periferia, las venas situadas en las partes más bajas del cuerpo están provistas de válvulas, en forma de nido de golondrina, para impedir que la sangre vuelva a descender. Estas válvulas, que se hallan situadas a intervalos irregulares a lo largo de la pared interna del vaso, están dispuestas de manera que dejen pasar la sangre únicamente en dirección al corazón.

sábado, 9 de abril de 2011

Prevención y cura del linfatismo


Frecuentemente, la constitución linfática es hereditaria. Basta entonces un estímulo leve, como por ejemplo, una inflamación, una infección común, para que aparezcan en el niño tumefacciones glandulares, estasis linfáticas, etc. Ante los primeros síntomas, la visita médica servirá para un diagnóstico seguro, al mismo tiempo que para un tratamiento adecuado. Para atacar el mal, serán útiles las curas destinadas a reforzar las defensas naturales del niño; por ello se recomienda el yodo, hierro, arsénico, vitamina D, etc.

El clima marino, con su rico contenido en yodo, es realmente favorable, lo mismo que los baños de sol (helioterapía), tomados con prudencia, la aplicación de rayos ultravioleta, la vida al aire libre y una moderada práctica de los deportes. La alimentación debe ser completa, sobre todo a base de arroz, pastas, carnes, pescados, legumbres, verduras, frutas fresca y seca, leche, manteca, queso, crema y huevos.


El linfatismo no curado puede acarrear una serie de complicaciones: predispone a los catarros bronquiales, al asma, a las infecciones e incluso a las alteraciones cardíacas; la piel adquiere una permeabilidad mayor y es atravesada sin dificultad por numerosos gérmenes patógenos, como por ejemplo el bacilo de la tuberculosis.

Por otra parte, incluso la inteligencia del niño se resiente, tiene poca memoria, sufre un exceso de sueño, y no es capaz de prestar una atención prolongada. De allí que estos malestares repercutan también en los estudios. Por eso cuando nos encontramos con un niño que no aprovecha debidamente en el colegio, convendrá controlar su estado de salud. Y en este sentido no está de más ponderar la importancia del papel que cumple el médico de familia como valioso auxiliar en la labor pedagógica de la escuela.