Desde el siglo XVII se ha tratado de evitar la muerte por anemia o hemorragia haciendo la reposición de la sangre perdida.
La transfusión sanguínea consiste en la inyección intravenosa a un sujeto llamado receptor, de sangre de otro sujeto, llamado dador.
En una primera etapa se intentó la transfusión entre especies distintas y luego entre seres de la misma especie. Numerosos fracasos descartaron esta técnica, hasta que el estudio de los grupos sanguíneos y con ellos de la compatibilidad o incompatibilidad entre las muestras de sangre, permitió evitar esos accidentes. El descubrimiento de los grupos sanguíneos es un aleccionador ejemplo de los métodos de investigación científica y de la demostración cabal de la realidad de una teoría basada en hechos de experimentación.
La transfusión sanguínea consiste en la inyección intravenosa a un sujeto llamado receptor, de sangre de otro sujeto, llamado dador.
En una primera etapa se intentó la transfusión entre especies distintas y luego entre seres de la misma especie. Numerosos fracasos descartaron esta técnica, hasta que el estudio de los grupos sanguíneos y con ellos de la compatibilidad o incompatibilidad entre las muestras de sangre, permitió evitar esos accidentes. El descubrimiento de los grupos sanguíneos es un aleccionador ejemplo de los métodos de investigación científica y de la demostración cabal de la realidad de una teoría basada en hechos de experimentación.