En este caso esta es otra de las diferencias bastante notorias pues todos los animales tienen la posibilidad, en algún período de sus vidas, de trasladarse hacia diferentes lugares, los vegetales no poseen este posibilidad física, salvo raras excepciones como en el caso de las esporas en las que parecen moverse e incluso evitar dificultades que se presenten en su camino. Otras plantas se cierran y se abren, esto implica un movimiento voluntario pero jamás comparable con la capacidad de moverse de los animales, que son capaces no sólo de moverse de un lado a otro sino de una cantidad de funciones motoras inigualables.
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