La piel es el órgano más grande del cuerpo humano, una barrera resistente al agua, que protege los órganos internos de infecciones, agresiones o de la radiación solar nociva. La piel es también un órgano sensitivo y ayuda a controlar la temperatura del cuerpo. La capa más externa de la piel, conocida como epidermis, está cubierta de queratina, una fuerte proteína córnea que también es el componente principal del pelo y las uñas.
Las células muertas son eliminadas de la superficie de la piel y reemplazadas por nuevas células provenientes de la base de la epidermis, región que también produce un pigmento llamado melamina, que colorea la piel. La dermis contiene muchas de las estructuras que permiten mantener viva la piel, incluyendo las terminaciones nerviosas, vasos sanguíneos, fibras elásticas, las glándulas sudoríparas que refrescan la piel y las glándulas sebáceas que producen el aceite que la mantiene tersa. Debajo de la dermis está el tejido subcutáneo (hipodermis), rico en grasa y vasos sanguíneos.
El tallo del pelo crece en los folículos pilosos situados en la dermis y en el tejido subcutáneo. El pelo crece en cualquier parte del cuerpo, excepto las palmas de las manos y las plantas de los pies.