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jueves, 7 de marzo de 2013

La séptima vértebra cervical


La característica más distintiva de esta vértebra es la existencia de una apófisis espinosa larga y prominente, de ahí las prominens vértebra nombre. Este proceso es grueso, casi horizontal en la dirección, no bifurcado, pero que termina en un tubérculo al que está unido el extremo inferior del ligamento nucal.

Los procesos transversales son de tamaño considerable, sus raíces posteriores son grandes y prominentes, mientras que el anterior son pequeños y débilmente marcado; la superficie superior de cada uno tiene por lo general un surco de poca profundidad para el octavo nervio espinal, y su extremo rara vez presenta más de una traza de bifurcación.

El foramen transverso puede ser tan grande como en las vértebras cervicales otra, pero es generalmente menor en uno o ambos lados; ocasionalmente es doble, a veces es ausente. En el lado izquierdo que en ocasiones da paso a la arteria vertebral; más frecuentemente atraviesa las venas vertebrales en ambos lados, pero la disposición usual es que tanto la arteria y la vena que pasar por delante de la apófisis transversa, y no a través del agujero.

A veces la raíz anterior de la apófisis transversa alcanza un tamaño grande y existe como un hueso separado, que se conoce como una costilla cervical.

Nota 15. El elemento costal de una vértebra cervical no sólo incluye la parte que brota del lado del cuerpo, pero los tubérculos anterior y posterior y la barra de hueso que los conecta.

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