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martes, 14 de junio de 2011

Los latidos del corazón


Los mamíferos y las aves son los únicos animales de sangre caliente (homeotermos). Los tejidos necesitan grandes cantidades de combustible y oxígeno para mantener la alta temperatura corporal, y este trabajo produce mucho material de desecho. Para que los tejidos puedan seguir funcionando eficientemente deben eliminarse esos materiales en forma rápida y, al mismo ritmo asegurar la provisión de oxígeno y combustible.

Es así que la sangre debe circular rápidamente por todo el cuerpo. En el hombre, el corazón late unas setenta veces por minuto, y la sangre tarda en hacer un circuito completo veinticinco segundos aproximadamente. La sangre es impulsada a los tejidos bajo una elevada presión. Éste es el resultado de la doble circulación; los circuitos están dispuestos de manera tal que la sangre que viene de los tejidos, pobre en oxígeno, está separada de la que va de los pulmones al corazón, enriquecida en oxígeno, y lista para ser impulsada nuevamente a través del cuerpo. En su viaje por el cuerpo, la sangre oxigenada pasa a los tejidos únicamente a través del sistema capilar.

En los peces, cuyo corazón no está dividido en dos mitades, la sangre no oxigenada, es impulsada hacia las branquias para su oxigenación, pasando allí a través de una serie de capilares antes de fluir hacia los tejidos. Por este motivo, la sangre llega a los tejidos a una presión bastante baja (en otro artículo se explicará el sistema sanguíneo de otros animales distintos del hombre).

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