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viernes, 26 de febrero de 2010

Musculos


Funcionamiento del músculo voluntario

Un músculo que se contrae, se acorta. Esto lo saben los niños cuando juegan a "hacer músculo": provocan intencionalmente la contracción del bíceps; éste es un músculo largo, pero al contraerse acorta tanto su longitud que se transforma en una bola, tanto más corta cuanto más ejercitados están en hacerlo. Ahora bien: en el interior de cada músculo hay un conjunto de fibras nerviosas que son comprimidas en cada contracción.

Es a través de ellas que nuestro cerebro es informado del estado de contracción del músculo. Ustedes pueden hacer la prueba. Hagan contraer los músculos del muslo, por ejemplo. Para ello es necesario que parta del cerebro la orden. El músculo se contrae. Ustedes sienten a nivel del muslo una sensación de agarrotamiento; la sensación está localizada en el muslo. Pero el órgano que la percibe es el cerebro. Esta experiencia se puede repetir en cualquier parte del cuerpo, con cualquier músculo voluntario: la mano, el brazo, la nuca, etc. Viene la orden, los músculos se contraen y ustedes tienen la noción bien clara de dicha contracción.

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