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martes, 24 de mayo de 2011

LAS TONICAS MUSCULARES


¿Cómo están dispuestas estas fibras musculares?

Si seccionamos la pared del estómago o del intestino, por ejemplo, y la observamos con un fuerte aumento, veremos que dicha pared no se halla integrada por una capa única de fibras, sino por varias capas delgadísimas de diferente aspecto.

En cambio, la pared de una arteria, o de la vejiga, está formada por tres capas concéntricas. Pues bien: estas tres delgadísimas capas musculares, que son de color blanquecino y a veces rosado, se denominan también musculares y están constituidas por músculos involuntarios.

domingo, 22 de mayo de 2011

EL FUNCIONAMIENTO de los músculos lisos


¿Cómo funcionan los músculos lisos? La respuesta es muy simple, puesto que todos nuestros músculos, sean ellos voluntarios o involuntarios, funcionan de un solo modo: contrayéndose. Cualquiera que sea el estímulo que le llega, el músculo no hace otra cosa que contraerse en el sentido de su longitud, acortándose

¿Cuándo y por qué se contrae? Debemos tener bien presente que nada sucede en nuestro cuerpo, que ningún órgano funciona, si no es por orden de nuestro sistema nervioso. De tal modo, ningún músculo voluntario o involuntario se contrae si no recibe un estímulo nervioso.

Tanto a las fibras de la musculatura como a las fibras estriadas llegan terminaciones nerviosas; y también los músculos lisos se con traen bajo la acción de los estímu los nerviosos.

No obstante, hay una diferencia. La musculatura lisa no depende del sistema nervioso central, sino del sistema nervioso llamado simpatice o neurovegetativo.



viernes, 20 de mayo de 2011

FIBRAS MUSCULARES LISAS


Si observáramos al microscopio la constitución de estos músculos involuntarios, veríamos cosas muy interesantes.

Los músculos involuntarios están formados por fibras alargadas, en forma de huso, de una longitud que oscila entre algunas centésimas de milímetro y medio milímetro. Las más pequeñas, que se encuentran en las paredes de los vasos sanguíneos, miden sólo de 2 a 5 centésimas de milímetro y tienen un diámetro de una centésima de milímetro.

Tan pequeñas son, que se requiere poner de 20 a 50 de ellas en fila para alcanzar la longitud de un milímetro. Por otra parte, si pensamos en la increíble pequeñez de algunos capilares, resulta claro que los músculos que constituyen sus paredes deben ser, lógicamente, microscópicos.

Como se puede apreciar en la ilustración, las fibras poseen en el interior, en su centro, un núcleo oval en forma de bastoncito.

miércoles, 18 de mayo de 2011

MÚSCULOS VOLUNTARIOS E INVOLUNTARIOS


De cuanto hemos dicho, resulta claro que en nuestro cuerpo existen dos clases de músculos: voluntarios e involuntarios.

1) Los primeros son los que se ponen en acción en respuesta a órdenes emanadas de nuestro cerebro, es decir por nuestra voluntad; son los agentes del movimiento. Los músculos del estómago no son voluntarios.





2) Los que no dependen de nuestra voluntad y que, por lo tanto, funcionan lo queramos o no, son los llamados músculos involuntarios. Esta musculatura, que solamente produce movimientos involuntarios, es la que preside nuestra vida vegetativa, es decir el funcionamiento de los diversos órganos vitales: aparato respiratorio, circulatorio, digestivo, etc.

Dichos músculos involuntarios forman la pared de todos los órganos huecos, tales como el estómago, los intestinos, la vejiga, la pared de la tráquea y de los bronquios, de los uréteres, de las arterias y venas, etc. Se encuentran también en otros lugares: en los ojos, donde permiten regular la entrada de luz; en la piel, donde son los que determinan la erección de los pelos (horripilación) ; en algunas glándulas, etc.

lunes, 16 de mayo de 2011

Los músculos y el cerebro


Supongamos estar frente a una mesa donde hay un lápiz que deseamos tomar... ¿Cómo lo logramos ?

El cerebro es el encargado de coordinar nuestras acciones. Los ojos reciben la imagen del lápiz y la trasmiten al cerebro de donde parten inmediatamente órdenes a los músculos del miembro superior. Estos músculos se contraen: se mueve el brazo, el antebrazo y la mano, se flexionan los dedos y el lápiz es tomado.

Observemos esto: todos los músculos que actúan se contraen respondiendo a órdenes procedentes de nuestro cerebro; por lo tanto, lo hacen por nuestra voluntad, porque así lo hemos decidido. También hubiéramos podido tomar una decisión distinta y mantener el brazo quieto.

Tomado el lápiz, resolvemos trabajar; haremos un dibujo, por ejemplo. Puesto que la habitación no está suficientemente iluminada, encendemos una lámpara. Instantáneamente, no bien el haz de luz llega a nuestras pupilas, éstas disminuyen su amplitud, como un diafragma que se cierra, por contracción de las fibras musculares circular, es del iris. En este caso, el anillo muscular de la pupila se ha contraído en forma absolutamente independiente de la voluntad: nosotros no ordenamos la contracción de las pupilas, como lo habíamos hecho con los músculos del miembro superior. Más aún: la pupila se habría contraído, aunque no lo hubiésemos querido.

viernes, 29 de abril de 2011

Centro respiratorio


La respiración puede controlarse por medio de la Voluntad, pero normalmente es automática. El centro respiratorio, ubicado en el bulbo raquídeo, manda impulsos (a través de fibras nerviosas) a los músculos intercostales y al diafragma, produciendo su contracción rítmica. Cuando, en cada inspiración, los pulmones se han expandido, las terminaciones nerviosas fijas en los músculos lisos de los conductos pulmonares son estimuladas y envían impulsos nerviosos al centro respiratorio.

Las experiencias indican que en el centro respiratorio hay dos regiones principales: una que produce la inspiración y otra, antagónica de la primera, que produce la espiración. Estas regiones se llaman centros inspiratorio y espiratorio respectivamente. Además, hay una zona en la parte frontal del bulbo que juega algún papel en el contralor del ritmo respiratorio, ya que, cuando se cortan los tractos nerviosos de esta zona, se destruye el ritmo. Probablemente, esta zona recibe impulsos del centro inspiratorio y, al mismo tiempo, impulsos desde este último centro pasan a los músculos intercostales, el diafragma y el centro espiratorio.

La influencia combinada de la zona frontal del bulbo, el centro espiratorio y los impulsos que vienen dé los receptores sobrepasa al centro inspiratorio y produce la espiración. La respiración se refiere únicamente a la ventilación de los pulmones, de manera tal que se inhale un adecuado abastecimiento de oxígeno y que se exale el anhídrido carbónico. Pero en el sistema sanguíneo también hay transferencias: el oxígeno pasa de la sangre a los tejidos y el anhídrido carbónico de los tejidos a la sangre.


Esto no es sorprendente, ya que existen relaciones entre el centro respiratorio y los centros nerviosos que controlan la circulación. El mismo centro respiratorio es sumamente sensible a la concentración de anhídrido carbónico en la sangre; cuando esta concentración aumenta, se incrementa la respiración.

En los arcos aórtico y carotideo hay receptores sensibles a la concentración sanguínea de anhídrido carbónico y oxígeno. Cuando esta concentración disminuye, por ejemplo, disminuyen también la profundidad y frecuencia respiratorias; cuando la concentración aumenta (como ocurre luego de un ejercicio vigoroso) aumentan la profundidad y frecuencia de la respiración. De esta manera, la concentración de anhídrido carbónico, retorna a su nivel promedio.

Aunque el anhídrido carbónico, cuando se encuentra en grandes cantidades, es perjudicial para el organismo, se necesita en una cierta concentración para que sea posible su propio funcionamiento. Hemos descrito sólo algunos factores relacionados con la respiración, pero es obvio que existe un sistema de alta eficiencia por el cual se satisfacen las diversas necesidades orgánicas.

miércoles, 27 de abril de 2011

Los músculos en la respiración


Las fibras elásticas permiten a los pulmones expandirse en la inspiración (entrada de aire) y cuando se contraen (esto es, se acortan) en la espiración (salida de aire) impulsan el aire fuera de los pulmones.

La espiración se cumple, principalmente, por la acción de estas fibras elásticas, de tal manera que se requiere muy poco esfuerzo muscular. Una persona que sufre un ataque de asma tiene dificultad en espirar el aire a causa de la contracción del músculo liso de los bronquiolos que reduce la expansión de los pulmones —y, por lo tanto, el estiramiento de las fibras elásticas— durante la inspiración.

La fuerza producida por el acortamiento de las fibras elásticas es, en consecuencia, menor que en una espiración normal. Los pulmones están situados en una cavidad, la cavidad pleural, que está limitada, hacia abajo, por el diafragma, una placa muscular, y, hacia los lados, por las costillas.

Entre las costillas se encuentran los músculos intercostales de importante función en los movimientos respiratorios; hay otros músculos que intervienen en la respiración, ayudando a los intercostales: los escalenos, hacia arriba, y los músculos abdominales hacia abajo.

El diafragma forma una cúpula de convexidad superior, en la parte inferior de las costillas. Durante la inspiración, el diafragma se aplana y desciende; los músculos intercostales mandan las costillas hacia afuera; el resultado es que la cavidad pleural se expande en todos los sentidos y reduce la expansión de los pulmones —y, por la presión atmosférica impulsa el aire hacia el interior de los pulmones.

Durante la espiración, los músculos intercostales se relajan y el acortamiento de las fibras elásticas del tejido pulmonar, junto con el impulso de los músculos abdominales y otro situado entre las costillas y el esternón, impulsan el aire al exterior de los pulmones.


El hombre es un animal que camina en posición erecta, de modo tal que el diafragma es más o menos horizontal y se mueve verticalmente. En los animales que caminan sobre sus cuatro miembros (cuadrúpedos), en cambio, el diafragma es vertical y se mueve horizontalmente. En el hombre, la caja torácica soporta poco peso y es movible, de tal manera que sus movimientos o los del diafragma aseguran una suficiente ventilación a los pulmones.

En los cuadrúpedos, en cambio, las costillas y sus músculos son más pesados, lo que reduce su movilidad. De esta manera, la mayor parte de la ventilación pulmonar está supeditada a los movimientos del diafragma. En contraste, las ballenas, y otros mamíferos que viven en el agua y no tienen que llevar ningún peso sobre sus miembros, pueden utilizar sus músculos torácicos para la respiración, siendo el diafragma de mucho menor importancia.

lunes, 7 de junio de 2010

Fibras musculares


Cada uno de estos haces primitivos que conforman los músculos consta principalmente del sarcolema (del gr. sarkós, carne; lémma, túnica), membrana elástica que recubre la fibra; de los núcleos, que son numerosos y están orientados en dirección de la longitud de la fibra y, por fin, de la materia estriada, que representa el proto-plasma celular, pero considerablemente diferenciado y surcado por estrías o bandas, de las que unas son transversales y otras longitudinales: las primeras son las más importantes, existiendo dos clases que alternan entre sí con regularidad; las anchas o espesas y las delgadas o claras.

Estas fibras musculares descritas se asocian unas con otras merced a escaso tejido laxo, formando fascículos o haces secundarios, los cuales están rodeados por gruesos tabiques conjuntivos; éstos se asocian a su vez formando los haces terciarios, y de la reunión de éstos resulta el músculo, que es recubierto por una fuerte membrana, también conjuntiva, llamada perimisio externo o aponeurosis de envoltura.

Como ya se ha dicho, el corazón está formado por fibra muscular estriada; pero conviene tener presente que difiere en detalle de la estriada descrita, por lo que se la llama variedad estriada del corazón.

El fenómeno de la contracción recae en las bandas transversas que se aproximan y adelgazan, lo cual da por resultado el acortamiento de la fibra en el sentido de su longitud.


domingo, 18 de abril de 2010

Los Musculos



Coloración de los músculos

Los músculos formados por fibras lisas son también llamados músculos blancos o pálidos, porque a simple vista tienen un color blanco-amarillento o rosa-pálido: se encuentran en numerosos órganos de la vida vegetativa, es decir, intestino, arterias, venas, movimiento celular, etc.

Al microscopio se observa que están formados por células alargadas, de tres a diez centésimas de milímetro de longitud, que se han denominado fibras musculares lisas, por no presentar rayas transversales; tienen forma de huso, o sea, abultada en el centro, que corresponde al punto donde se encuentra el núcleo, y adelgazada hacia los extremos.

Los músculos rojos tienen este color a simple vista y están constituidos por la variedad muscular estriada, siendo los que forman la llamada vulgarmente carne de las distintas regiones del cuerpo. Las células que forman estos músculos reciben el nombre de fibras musculares estriadas o haces primitivos, y son de gran longitud (tres a doce centímetros), forma prismática y aspecto estriado.

Lee más sobre Los músculos en:

Músculos de los abdominales

Control de los músculos

Funcionamiento del músculo voluntario

Tejido muscular



miércoles, 10 de marzo de 2010

Los musculos


Control de los músculos

Normalmente nosotros no tenemos la sensación de la contracción de los músculos en los miles de movimientos que realizamos durante el día, porque su repetición ha borrado esta sensación, actuamos automáticamente. Pero cuando queremos aprender nuevos movimientos, entonces actuamos pensando, controlando mentalmente cada actitud que vamos a tomar.


Por ejemplo: cuando un sujeto quiere aprender a manejar una máquina, un auto. Está sentado firme en la dirección y piensa cada movimiento que va a realizar: mover una pierna, un brazo, le representa un trabajo mental. Al poco tiempo todos esos movimientos los realiza con soltura, automáticamente.

En resumen: dado el carácter de estos músculos, nosotros podemos saber en determinado momento si ellos están contraídos o están en relajación.

viernes, 26 de febrero de 2010

Musculos


Funcionamiento del músculo voluntario

Un músculo que se contrae, se acorta. Esto lo saben los niños cuando juegan a "hacer músculo": provocan intencionalmente la contracción del bíceps; éste es un músculo largo, pero al contraerse acorta tanto su longitud que se transforma en una bola, tanto más corta cuanto más ejercitados están en hacerlo. Ahora bien: en el interior de cada músculo hay un conjunto de fibras nerviosas que son comprimidas en cada contracción.

Es a través de ellas que nuestro cerebro es informado del estado de contracción del músculo. Ustedes pueden hacer la prueba. Hagan contraer los músculos del muslo, por ejemplo. Para ello es necesario que parta del cerebro la orden. El músculo se contrae. Ustedes sienten a nivel del muslo una sensación de agarrotamiento; la sensación está localizada en el muslo. Pero el órgano que la percibe es el cerebro. Esta experiencia se puede repetir en cualquier parte del cuerpo, con cualquier músculo voluntario: la mano, el brazo, la nuca, etc. Viene la orden, los músculos se contraen y ustedes tienen la noción bien clara de dicha contracción.