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domingo, 22 de mayo de 2011

EL FUNCIONAMIENTO de los músculos lisos


¿Cómo funcionan los músculos lisos? La respuesta es muy simple, puesto que todos nuestros músculos, sean ellos voluntarios o involuntarios, funcionan de un solo modo: contrayéndose. Cualquiera que sea el estímulo que le llega, el músculo no hace otra cosa que contraerse en el sentido de su longitud, acortándose

¿Cuándo y por qué se contrae? Debemos tener bien presente que nada sucede en nuestro cuerpo, que ningún órgano funciona, si no es por orden de nuestro sistema nervioso. De tal modo, ningún músculo voluntario o involuntario se contrae si no recibe un estímulo nervioso.

Tanto a las fibras de la musculatura como a las fibras estriadas llegan terminaciones nerviosas; y también los músculos lisos se con traen bajo la acción de los estímu los nerviosos.

No obstante, hay una diferencia. La musculatura lisa no depende del sistema nervioso central, sino del sistema nervioso llamado simpatice o neurovegetativo.



viernes, 20 de mayo de 2011

FIBRAS MUSCULARES LISAS


Si observáramos al microscopio la constitución de estos músculos involuntarios, veríamos cosas muy interesantes.

Los músculos involuntarios están formados por fibras alargadas, en forma de huso, de una longitud que oscila entre algunas centésimas de milímetro y medio milímetro. Las más pequeñas, que se encuentran en las paredes de los vasos sanguíneos, miden sólo de 2 a 5 centésimas de milímetro y tienen un diámetro de una centésima de milímetro.

Tan pequeñas son, que se requiere poner de 20 a 50 de ellas en fila para alcanzar la longitud de un milímetro. Por otra parte, si pensamos en la increíble pequeñez de algunos capilares, resulta claro que los músculos que constituyen sus paredes deben ser, lógicamente, microscópicos.

Como se puede apreciar en la ilustración, las fibras poseen en el interior, en su centro, un núcleo oval en forma de bastoncito.

miércoles, 18 de mayo de 2011

MÚSCULOS VOLUNTARIOS E INVOLUNTARIOS


De cuanto hemos dicho, resulta claro que en nuestro cuerpo existen dos clases de músculos: voluntarios e involuntarios.

1) Los primeros son los que se ponen en acción en respuesta a órdenes emanadas de nuestro cerebro, es decir por nuestra voluntad; son los agentes del movimiento. Los músculos del estómago no son voluntarios.





2) Los que no dependen de nuestra voluntad y que, por lo tanto, funcionan lo queramos o no, son los llamados músculos involuntarios. Esta musculatura, que solamente produce movimientos involuntarios, es la que preside nuestra vida vegetativa, es decir el funcionamiento de los diversos órganos vitales: aparato respiratorio, circulatorio, digestivo, etc.

Dichos músculos involuntarios forman la pared de todos los órganos huecos, tales como el estómago, los intestinos, la vejiga, la pared de la tráquea y de los bronquios, de los uréteres, de las arterias y venas, etc. Se encuentran también en otros lugares: en los ojos, donde permiten regular la entrada de luz; en la piel, donde son los que determinan la erección de los pelos (horripilación) ; en algunas glándulas, etc.

lunes, 16 de mayo de 2011

Los músculos y el cerebro


Supongamos estar frente a una mesa donde hay un lápiz que deseamos tomar... ¿Cómo lo logramos ?

El cerebro es el encargado de coordinar nuestras acciones. Los ojos reciben la imagen del lápiz y la trasmiten al cerebro de donde parten inmediatamente órdenes a los músculos del miembro superior. Estos músculos se contraen: se mueve el brazo, el antebrazo y la mano, se flexionan los dedos y el lápiz es tomado.

Observemos esto: todos los músculos que actúan se contraen respondiendo a órdenes procedentes de nuestro cerebro; por lo tanto, lo hacen por nuestra voluntad, porque así lo hemos decidido. También hubiéramos podido tomar una decisión distinta y mantener el brazo quieto.

Tomado el lápiz, resolvemos trabajar; haremos un dibujo, por ejemplo. Puesto que la habitación no está suficientemente iluminada, encendemos una lámpara. Instantáneamente, no bien el haz de luz llega a nuestras pupilas, éstas disminuyen su amplitud, como un diafragma que se cierra, por contracción de las fibras musculares circular, es del iris. En este caso, el anillo muscular de la pupila se ha contraído en forma absolutamente independiente de la voluntad: nosotros no ordenamos la contracción de las pupilas, como lo habíamos hecho con los músculos del miembro superior. Más aún: la pupila se habría contraído, aunque no lo hubiésemos querido.

miércoles, 11 de mayo de 2011

Más funciones del bazo


Fuera de esta función que mencionamos antes, el bazo cumple otras, también de gran importancia:

1) Interviene en la destrucción de las bacterias y partículas extrañas al organismo.
2) Produce glóbulos blancos.
3) En caso de enfermedades graves, cuando el organismo necesita la renovación de sus glóbulos rojos, se hace incluso productor de éstos para satisfacer tal demanda.

En suma, así como actúa en la destrucción de los glóbulos rojos, que ya no realizan sus funciones, el bazo es también capaz de producir otros nuevos. Debido a ello, el bazo puede ser llamado tanto un órgano hematolítico (del griego "aima", sangre y "luein", destrucción) como hematopolético (del griego "aima", sangre, y "poiein", producir).

lunes, 9 de mayo de 2011

El bazo y la sangre



Algunos estudiosos sostienen que el bazo influye también sobre el crecimiento; han podido demostrar que algunos perros, a los cuales se les había extirpado el bazo, crecían mucho más lentamente. No obstante las importantes funciones que cumple, el bazo no es un órgano indispensable para la vida; en efecto, en los casos en que se hizo necesaria su extirpación, otros órganos del cuerpo han sido capaces de efectuar sus funciones y la vida se ha desarrollado normalmente.

Como el bazo influye sobre la sangre y la circulación sanguínea, es necesario, primero, que nos detengamos a hablar algo sobre la composición de la misma. A simple vista, puede parecer que nuestra sangre es solamente una sustancia líquida, pero al microscopio se reconoce en ella la presencia de un número extraordinario de corpúsculos sólidos.

La sangre esufltermada por una parte líquida llamada plasma. en la cual se encuentran los elementos sólidos (glóbulos rojos, glóbulos blancos y plaquetas). Los glóbulos rojos son células que ofrecen la particularidad de no poseer núcleo; tienen una forma redondeada y, por otra parte, se agrupan en pequeñas cantidades que recuerdan una pila de monedas.

En los cinco litros de sangre de un hombre normal, existen cerca de 25.000 millones de glóbulos rojos. En estos se encuentra una sustancia nitrogenada que contiene hierro, llamada hemoglobina, la cual le da a los glóbulos su color rojo.

Su misión es de capital importancia: fija el oxígeno, con el cual se pone en contacto en los pulmones, durante la respiración, para después cederlo a todos los tejidos del cuerpo.

sábado, 7 de mayo de 2011

Glándulas endócrinas


HIPÓFISIS. Esta complicada glándula desarrolla una enorme actividad volcando en la sangre hormonas que ejercen variadas funciones: frenan la desaparición de la glucosa sanguínea, es decir, su transformación en glucógeno y grasas, equilibrando, por consiguiente, las funciones de la insulina (ver "páncreas"); estimulan el crecimiento, acelerando la reproducción de las células óseas; aumentan la actividad del tiroides; excitan las suprarrenales, aumentando la secreción de cortisona, y regulan la producción de orina por el riñon.

TIROIDES. Pesa cerca de 20 gramos; segrega una hormona, la "tiroxina" o tiroidina, rica en yodo, muy necesaria para el crecimiento y el desarrollo del organismo.

PARATIROIDES. Son cuatro pequeñas glándulas que regulan el equilibrio del calcio y el fósforo del organismo. La escasez de la hormona paratiroidea provoca el descenso del calcio en la sangre y en el sistema nervioso, lo que causa tastornos de tanta importancia que pueden llevar a la muerte.

PÁNCREAS. El páncreas segrega el jugo pancreático, que se vierte en el intestino delgado (duodeno). Pero tiene, además, una importancia fundamental como glándula de secreción interna: produce una hormona, la insulina, la cual hace que la glucosa de la sangre se transforme en "glucógeno" en todas las células, especialmente en el hígado. Este glucógeno, substancia de reserva, es quemado en los músculos y se obtiene así la energía necesaria para los movimientos. Si la insulina falta, o existe en cantidad insuficiente, la glucosa, que no puede ser quemada, se acumula en la sangre y produce una grave enfermedad, la "diabetes".

SUPRARRENALES: Estos verdaderos capuchones del riñon, de color amarillo oscuro, segregan dos hormonas de enorme importancia; la "adrenalina", que regula el funcionamiento del corazón (incluso en aquellas personas con ciertas afecciones cardíacas se inyecta adrenalina), la dilatación y contracción de los bronquios y vasos sanguíneos, y actúa también sobre la musculatura voluntaria e involuntaria; la otra hormona es un grupo llamado corticoides al que pertenece la "cortisona", que regula la transformación de la alucosa y combate los procesos inflamatorios de cualquier índole. Hoy la "cortisona" es sumamente usada para combatir el reumatismo, la artritis y otras enfermedades.

SEXUALES. Producen las gonadas que determinan las características propias de cada sexo (ejemplos: pilosidad facial, tono de voz, contextura ósea, etc.).

jueves, 5 de mayo de 2011

Las glándulas


En nuestro cuerpo existen ciertas glándulas que obran como un astuto funcionario; ellas mantienen el orden y la armonía de nuestras funciones orgánicas por intermedio de substancias que se vierten en los numerosos canales sanguíneos y linfáticos que cruzan nuestro organismo y que tienen el carácter de verdaderos mensajeros.

Estas glándulas se llaman de secreción interna o endocrinas, y sus productos se denominan hormonas. A través de la sangre llegan a los distintos órganos donde ejercen su acción.

Actúan en cantidades infinitesimales, estimulando algunas funciones, frenando otras y desencadenando distintos fenómenos biológicos. Para concluir, podemos decir que si los nervios son mensajeros eléctricos, porque conducen los, estímulos a través de los "cables nerviosos", las hormonas son mensajeros químicos, porque llevan estímulos en sí mismas, debido a la naturaleza de su composición química.


Las principales glándulas que segregan hormonas son: la "hipófisis", el "tiroides", las "paratiroides", el "páncreas", las "suprarrenales" y las "sexuales". Se llaman glándulas de secreción interna las que vierten sus secreciones no al exterior, como las grimales, ni tampoco en conductos qué se comunican con el exterior, como las del aparato digestivo, sino directamente en. la sangre o la linfa. Hay glándulas, como el páncreas, con doble función.

miércoles, 4 de mayo de 2011

LAS MENINGES


Tanto el encéfalo como la medula espinal no están directamente en contacto, ya sea con los huesos del cráneo o con las vértebras, sino que están envueltos por una serie de membranas, llamadas meninges.

La más interna, llamada piamadre, es tenue, delicada y de color blanco. Se adhiere a la superficie del tejido nervioso, al cual manda numerosos vasos sanguíneos, ya que este tejido tiene necesidad de una abundantísima irrigación.

Por fuera de la piamadre se halla la aracnoides, separada de aquella por un espacio lleno de líquido (líquido céfalo-raquídeo) el cual forma una almohadilla protectora, alrededor del encéfalo y medula.

Por último, por fuera de la aracnoides, se encuentra la duramadre, junto a los huesos.

lunes, 2 de mayo de 2011

El cerebro, el cerebelo y la médula


Este es el cerebro propiamente dicho: está formado por sustancia gris en su parte externa, llamada también corteza, y por sustancia blanca en su interior. Está recorrido por surcos sinuosos, más o menos profundos, algunos de los cuales adquieren gran profundidad y se denominan cisuras; éstas dividen la masa cerebral en varios sectores denominados lóbulos.


El cerebelo, una masa de sustancia nerviosa de 8-10 cm. de ancho por 6 de largo y 5 de espesor, colocada, como se ve, debajo de los lóbulos occipitales, está formado por dos hemisferios cere-helosos y una parte mediana, pequeña, llamada vermis.

La médula

El cerebro se continúa hacia abajo con el bulbo o médula oblongada y ésta, a su vez, con la medula espinal. Esta posee la forma de un largo cordón blanquecino, cuyo grosor es de un cm. y su largo de 45 cm. Sale del cráneo por el agujero occipital y se halla, en su totalidad, alojada dentro del conducto raquídeo, terminando por un extremo aguzado, llamado cono terminal. Si la observamos en un corte, la veremos compuesta también por una sustancia gris que ocupa la parte central formando una H, y otra blanca, situada en la periferia.